Actualmente, para la organización la Argentina tiene la misma calificación que Ruanda y Corea del Norte; el cambio abaratará el financiamiento, aunque el proceso completo llevará 3 años.
LA NACIÓN 

Argentina recibirá más inversiones de largo plazo y a un costo más barato a partir de la mejora en la calificación por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en octubre próximo.
 
Así lo anticipó a LA NACION el embajador de Japón en la Argentina, Noriteru Fukushima, al explicar que, con este cambio, bancos de esa y otras naciones desarrolladas podrán financiar exportaciones e inversión en el país.
 
"En octubre la OCDE cambiará la calificación de la Argentina y eso permitirá aumentar la financiación y a un menor costo", confirmó el diplomático. Esto permitirá aumentar las inversiones, "porque las empresas japonesas que participen en licitaciones podrán ser acompañadas por los bancos de mi país", según explicó.
 
A partir de la mejora en la nota de la OCDE, organismos como el Japan Bank for International Cooperation (JBIC), destinado a promover negocios en el extranjero, "inyectarán dinero en la Argentina", según el embajador.
 
 
Desde 2002, tras el default, el país tiene la peor calificación posible por parte de la OCDE: 7 sobre 7, cuando los países que son miembros plenos -en América latina, es el caso de Chile y México- tienen 0 sobre 7.
 
El objetivo del equipo económico es lograr pasar de 7 -una nota que la Argentina comparte con Ruanda, Zimbabwe y Corea del Norte- a seis en un año.
 
 
Al tener una calificación peor, el costo para un inversor es mayor, por lo que son varias las empresas que están esperando este paso, mientras que los gobiernos esperan que se concrete, después de 10 años de interrupción, el artículo IV en septiembre próximo del Fondo Monetario Internacional (FMI), para habilitar más créditos multilaterales.
 
Con esta estrategia en mente, el equipo de la Secretaría de Finanzas, que lidera Luis Caputo, realizará desde septiembre una gira entre los varios países de la OCDE, que lidera Ángel Gurría, para exhibir las transformaciones logradas en la política económica desde diciembre último.
 
La semana pasada, una misión de cinco directores adjuntos de la OCDE estuvo reunida en Buenos Aires con los principales funcionarios del Ministerio de Hacienda y Finanzas, que lidera Alfonso Prat-Gay, y la Cancillería, de Susana Malcorra.
 
El Gobierno pretende incrementar su estatus de participación en la organización, de país invitado a socio estratégico -como Brasil- o miembro pleno, categoría en la que ya hay 35 países.
 
El proceso de cambio de estatus del país en la OCDE podría demorar unos tres años.
 
En este contexto, la semana próxima llegará el director adjunto de empresas y finanzas de la organización, Pierre Poret, para discutir cuestiones relacionadas con inversiones, mercado de capitales, anticorrupción y competencia.
 
Nuevo acuerdo con un grupo de holdouts
 
La Argentina llegó a un acuerdo con un nuevo grupo de holdouts por US$ 95 millones, por lo que quedan sólo por regularizar 1000 millones de dólares. En Nueva York, el mediador Dan Pollack, designado por el juez Thomas Griesa, dijo ayer que el Gobierno llegó a un acuerdo con 21 individuos e instituciones que todavía estaban en default desde fines de 2001.
 
"La República Argentina continúa llegando a acuerdos con los bonistas con bonos en default. Esta última semana llegó a un acuerdo con 21 individuos e instituciones por un total de US$ 95 millones", precisó Pollack en un comunicado. Los términos de la propuesta son los efectuados a principios de febrero por el Gobierno a los holdouts, con el pago del 150% del capital.
 
A fines de abril último, el país salió del default luego de acordar con más del 85% de los holdouts y tras pagarles a los bonistas que entraron en los canjes de deuda 2005 y 2010 y no cobraban desde 2014. Resta pactar con acreedores por cerca de 1000 millones de dólares, según los cálculos oficiales. Una parte de los títulos que están prescriptos no serán compensados, se aclaró.