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Si usted es de los que no se asusta y desea visitar monumentos como Santa Sofía o la Mezquita Azul sin el fárrago de las colas o el tedio de las esperas bajo el sol, quizás este sea el mejor año para hacerlo. Lugares emblemáticos como la plaza Sultanahmet de Estambul o incluso el habitualmente bullicioso Gran Bazar lucen un tanto desangelados a las puertas de un verano que se antoja desastroso para el sector turístico. Y no solo en Estambul: los extranjeros se echan en falta entre las caprichosas estructuras rocosas de la Capadocia, en las calas de la costa Turquesa y hasta en los mastodónticos hoteles del todo-incluido, pese a que han tirado los precios por los suelos para tratar de salvar la temporada.
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Si usted es de los que no se asusta y desea visitar monumentos como Santa Sofía o la Mezquita Azul sin el fárrago de las colas o el tedio de las esperas bajo el sol, quizás este sea el mejor año para hacerlo. Lugares emblemáticos como la plaza Sultanahmet de Estambul o incluso el habitualmente bullicioso Gran Bazar lucen un tanto desangelados a las puertas de un verano que se antoja desastroso para el sector turístico. Y no solo en Estambul: los extranjeros se echan en falta entre las caprichosas estructuras rocosas de la Capadocia, en las calas de la costa Turquesa y hasta en los mastodónticos hoteles del todo-incluido, pese a que han tirado los precios por los suelos para tratar de salvar la temporada.
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