La cantidad y los bajos precios son un freno para la industria nacional. En 2015 se importaron por un valor de $us 60,9 millones. Los empresarios piden soluciones urgentes
FUENTE: EL DEBER

La presencia de prendas de origen chino, brasileño y peruano en grandes cantidades y a un bajo precio, son un dolor de cabeza para el sector textil nacional que no puede competir y ve como cada año la porción del mercado interno que le toca es cada vez más pequeña. Para graficar el tema, de acuerdo con el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) con datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), si en 2010 el país le vendió al exterior productos textiles por un valor de $us 56,5 millones y se compraron $us 36,9 millones, en 2015 el giro fue dramático, pues se exportó por un monto $us 20,1 millones y se importó $us 60,9 millones. Al respecto, Maclovio Choque, vicepresidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de Bolivia (Conamype), señaló que la situación es crítica y que de seguir así el sector va a desaparecer en unos tres años. Choque indicó que es insostenible competir con la ropa china, a pesar de que su ingreso al país está gravada con un impuesto, debido a que sus costos de producción son muy bajos.

En cuanto a las prendas brasileñas, el dirigente indicó que la devaluación del real es el principal problema y que a eso se debe sumar la buena calidad de las prendas del vecino país; el panorama es gris para los confeccionistas bolivianos. Sobre los productos peruanos, Choque sostuvo que son las poleras de algodón y la ropa deportiva las que tienen mayor presencia en el mercado. Así, en Cochabamba el 80% de la oferta es de aquel país y en Santa Cruz el porcentaje llega al 60%. “Para superar esto necesitamos que el Ejecutivo aumente las medidas paraarancelarias, en especial con los productos chinos, y que potencie al sector con un centro empresarial y un instituto tecnológico de alto rendimiento” dijo Choque.

En la calle En un recorrido por los mercados La Ramada, Siete Calles y la feria de invierno de Alto San Pedro, se pudo constatar que la oferta de ropa boliviana es ínfima. Es más, cuando se pide una prenda hecha en el país la mayoría de los comerciantes se ponen nerviosos y prefieren ofrecer la ropa extranjera. Hortensia, en su puesto de la Feria Barrio Lindo vende jeans, poleras y blusas de industria nacional, pero cada vez más se ve obligada a ofrecer productos brasileños. “Si no sigo la corriente voy a perder toda mi inversión. El cliente muchas veces no busca calidad, sino buenos precios y en eso la ropa boliviana no es competitiva”, dijo Hortensia. Para Antonio Mendoza, propietario de dos tiendas en La Ramada, comprar prendas nacionales a los mayoristas ya no es negocio, pues los precios son muy caros en comparación con las prendas chinas. “Un jeans chino lo vendo en Bs 70, mientras uno que se fabricó aquí llega a costar unos Bs 130”, sostuvo Mendoza.

En la feria de invierno de Alto San Pedro hay un predominio de ropa brasileña y peruana. “Antes por lo menos había lana paceña y chamarras hechas en Cochabamba, ahora no hay nada.

Todo es extranjero”, dijo Marcela Colque, que llegó de La Paz. En los talleres Javier Challapa, presidente de la Federación de la Micro y Pequeña Empresa de Santa Cruz (Fedemype), sostuvo que los más golpeados por esta situación son los pequeños talleres que en su momento realizaron importantes inversiones, pues el Gobierno aseguró que el mercado venezolano iba a reemplazar a la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y de Erradicación de Drogas (Atpdea, por sus siglas en inglés) que el país perdió en 2009. “En principio el plan funcionó, pero la crisis en Venezuela y la devaluación del real y el peso argentino lo arruinaron todo. A eso se debe sumar la venta de ropa usada y el aumento del contrabando”, lamentó Challapa. Susana Rojas, en 2010 llegó a tener dos talleres con diez máquinas cada una y unos 30 empleados. Ahora solo tiene un pequeño cuarto con tres máquinas y dos empleados. Privados alertan serios líos El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, dijo que tal situación fue advertida por su sector desde 2015.

“Es uno de los sectores más golpeados desde hace tiempo, no solamente por la pérdida de mercados sino por los efectos de la crisis y especialmente la devaluación monetaria de algunos países vecinos y no vecinos, como China, que se suma a los bajos costos de producción que tienen y lo que hace técnicamente imposible competir con ellos”, dijo. Sugirió al Gobierno aplicar medidas urgentes que incluso fueron planteadas y discutidas en mesas de trabajo tripartitas, “lamentablemente se paró y no avanzó con el consiguiente perjuicio y agravamiento de la situación que cada día que pasa se complica más; la pérdida de empleos y el cierre de empresas es una consecuencia y vendrán muchas más”, dijo