Una reforma amplía el desenvolvimiento de las compañías privadas en la industria hidrocarburífera brasileña. Al eliminar la obligatoriedad de que Petrobras cuente con un porcentaje de participación en los proyectos ubicados en aguas ultraprofundas, el gigante del Mercosur busca alentar la llegada de nuevas inversiones internacionales.
Fuente: Revista Petroquímica
  
Brasil se abre a las inversiones extranjeras Brasil se abre a las inversiones extranjeras
 
La atronadora resonancia del conflicto del “Petrolão” hizo que pasara desapercibida una inédita apertura a la inversión extranjera en la industria brasileña de Oil & Gas. En un contexto convulsionado por un millonario caso de corrupción que, además de involucrar a los principales directivos de Petrobras, puso en el centro de la tormenta al ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva y en estos momentos tiene en jaque al Gobierno de Dilma Rousseff, el Senado del vecino país aprobó un cambio normativo más que sugerente. La nueva legislación retira a la petrolera estatal la exclusividad de la explotación de las reservas situadas en aguas ultraprofundas y concede un mayor espacio de participación a las firmas privadas. Se trata, según diversos analistas, de un primer paso en pos de flexibilizar las reglas de juego de un mercado fuertemente proteccionista. El área off shore en cuestión, denominada Pre-Sal, se encuentra a más de 5.000 metros de profundidad en el litoral de los estados de Río de Janeiro y San Pablo. Sus reservas, identificadas entre 2007 y 2010, se calculan entre los 60.000 y los 90.000 millones de barriles de petróleo. La ley sancionada hace seis años –en cuya redacción participó Rousseff, quien por entonces era jefa de Gabinete– exigía asociarse con Petrobras a todas las empresas interesadas en explotar esos recursos. En los últimos días, con 40 votos a favor, 26 en contra y una abstención, la Cámara alta le dio luz verde a un proyecto del opositor José Serra, senador del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), que dejó sin efecto esa cláusula. Según sus palabras, la idea es reactivar la explotación de hidrocarburos y crear más empleos de calidad, independientemente del origen del capital. “En Petrobras no falta eficiencia técnica, sino capacidad financiera para hacer las millonarias inversiones que el sector necesita”, explicó.
 
Más cambios
 
En paralelo a la reforma promovida por el Senado, y para dejar en claro que el aperturismo petrolero no la tendrá tan fácil, el Ministerio de Energía brasileño anunció la instrumentación de nuevas medidas tendientes a fortalecer los derechos de operación de Petrobras en algunos de sus más importantes yacimientos, cuya actividad se encuentra prácticamente estancada por la falta de inversión de los conglomerados que manejan las áreas que los incluyen. A decir del titular de la cartera energética, Eduardo Braga, el objetivo es destrabar hasta u$s 120.000 millones que hoy no se vuelcan a la industria por la clasificación de los yacimientos en unidades, que viene rigiendo desde las modificaciones regulatorias de 2010. De acuerdo con el funcionario, la extensión por 27 años de las concesiones que son propiedad de Petrobras asegurará en el mediano y largo plazo los derechos de la compañía sobre varios yacimientos clave. “Esto eventualmente facilitaría la venta de campos para recaudar dinero y le daría una clara señal a los inversores de que la empresa contará con la producción necesaria para afrontar sus deudas”, detalló. Según el Instituto Brasileño del Petróleo (IBP), si se resuelve el problema de la clasificación de unidades podrían desarrollarse unas 20 áreas hidrocarburíferas que permanecen estancadas por los cambios normativos de 2010. La entidad estima que esas zonas –que albergan yacimientos concesionados a Petrobras, Royal Dutch Shell y Galp Energía– precisan inversiones por unos u$s 120 millones.
 
Mirada petroquímica
 
En función de su sólida base de insumos para el mediano plazo y del aprovechamiento productivo de una de las mayores reservas de minerales de la Tierra, la industria química brasileña está entre las más poderosas del planeta. No obstante, muchos creen que para crecer con mayor firmeza debería seguir la senda aperturista que parece haber comenzado a transitar el sector petrolero. Para Fernando Figueiredo, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria Química (Abiquim), hay grandes desafíos a sortear en esa dirección. “Debemos adicionar valor a nuestras materias primas con precios acordes a los de un país productor; es decir, a costos más bajos que los de Europa, que no tiene gas. Y dejar atrás las dificultades para captar nuevas inversiones, problema que hoy seguimos padeciendo”, reconoció. A criterio de José Luis Uriegas, presidente de la Asociación Petroquímica y Química Latinoamericana (APLA), el bajo precio internacional del petróleo tiene un efecto positivo en Brasil, ya que la mayor parte de la producción petroquímica de ese país depende de la nafta, cuya cotización posee una correlación casi perfecta con la del crudo. “Sin embargo, hay importantes retos asociados con la falta de contratos de abastecimiento a largo plazo de combustible por parte de Petrobras, además de la disminución que padece la demanda doméstica inducida por la menor actividad económica”, advirtió.