En un parque logístico que rodea el puerto de Shanghai, los únicos bienes guardados en un depósito de tres pisos el mes pasado eran blue jeans de alta gama, camisetas y chaquetas importadas del Reino Unido y Hong Kong. La mayor parte de la mercancía llevaba allí casi dos años.
LA NACIÓN

La actividad en el depósito de 10.000 metros cuadrados decayó a fines de 2015 tras el retiro de varios importadores chinos de vino, señala Yang Ying, la administradora, lo que dejó mucho espacio vacío. El golpe final se produjo después de que en diciembre pasado un comerciante rechazó un despacho en el muelle. "El cliente les dijo a los trabajadores que devolvieran el vino a Francia. Nadie lo quiere", cuenta Yang.

Lea la noticia>