Fuente: JORNADA
"Sus recomendaciones (del FMI) no incluyen el análisis de los logros de Bolivia", como la mejora de calidad de vida, dijo Orellana en declaraciones a Efe tras impartir una conferencia en el centro de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington. El ministro ensalzó los buenos indicadores de la economía boliviana "comparado con países hermanos" del continente americano, pues cuenta con un crecimiento sostenido del 4,9 % del producto interior bruto (PIB), que ascendió a 33.000 millones de dólares el año pasado.
La economía boliviana se sustenta en gran parte en los hidrocarburos, ya que ha pasado de ser importador a ser exportador de energía a Centroamérica y Suramérica. Bolivia es el único país de la región con inflación baja, que en 2015 fue del 2,9 %, en contraste con países como Venezuela, donde el FMI pronostica una tasa de inflación media del 500 % en 2016.
"Las previsiones del FMI siempre fueron mucho más bajas (...). Los pronósticos que ha hecho no se han cumplido y lamentamos que se hagan sin conocer, sin dialogar con nuestro país", criticó. "El FMI tiene una histórica tradición de imposición de políticas, condicionamientos", según el ministro, partidario de que "dialoguen, apoyen" acciones para el desarrollo integral, social y ambiental. "Necesitamos organismos internacionales más pro activos y más pro positivos, que respalden el crecimiento económico con inclusión social", ya que una visión exclusivamente financiera "no es suficiente para entender el crecimiento de un país", afirmó Orellana.
Según el titular boliviano de Desarrollo y Planificación, "las recetas de desarrollo y el modelo privatizador" del FMI "fracasó y generó más pobreza" en Bolivia, por lo que pide al organismo que deje al país "tomar decisiones sobre sus políticas de Estado". La reducción de la pobreza y el aumento de igualdad se consiguieron en Bolivia mediante una "regulación estatal fuerte", según el ministro. Por ejemplo, la banca privada está obligada por ley a dedicar "el 40 % de su cartera para vivienda sin contraparte de las familias", y el siguiente objetivo del Gobierno boliviano es garantizar también por ley los préstamos para la creación de nuevas empresas. Bolivia redujo la llamada pobreza extrema en un 23 % y la pobreza media en un 22 %, con lo que 2 millones de personas ascendieron a la clase media, según datos señalados por Orellana.
La divergencia fundamental entre el Gobierno boliviano y el FMI es que "el fondo nos recomienda contraer la inversión pública" y el ministro rechaza la "contracción" del gasto público. Sin embargo, Bolivia mantendrá varios encuentros multilaterales esta semana con motivo de la reunión del FMI y el Banco Mundial (BM) que congrega a los líderes económicos mundiales en Washington.
Entre los temas prioritarios para Bolivia se encuentra la energía, los precios de los hidrocarburos, la reforestación y la construcción de un tren bioceánico, que busca unir a través de territorio boliviano las costas pacífica y atlántica para fomentar el comercio con Asia. Además, Bolivia mantendrá reuniones bilaterales con China e India, donde sitúa ahora sus intereses en construir "relaciones diplomáticas comerciales de cooperación", adelantó Orellana.
"Sus recomendaciones (del FMI) no incluyen el análisis de los logros de Bolivia", como la mejora de calidad de vida, dijo Orellana en declaraciones a Efe tras impartir una conferencia en el centro de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington. El ministro ensalzó los buenos indicadores de la economía boliviana "comparado con países hermanos" del continente americano, pues cuenta con un crecimiento sostenido del 4,9 % del producto interior bruto (PIB), que ascendió a 33.000 millones de dólares el año pasado.
La economía boliviana se sustenta en gran parte en los hidrocarburos, ya que ha pasado de ser importador a ser exportador de energía a Centroamérica y Suramérica. Bolivia es el único país de la región con inflación baja, que en 2015 fue del 2,9 %, en contraste con países como Venezuela, donde el FMI pronostica una tasa de inflación media del 500 % en 2016.
"Las previsiones del FMI siempre fueron mucho más bajas (...). Los pronósticos que ha hecho no se han cumplido y lamentamos que se hagan sin conocer, sin dialogar con nuestro país", criticó. "El FMI tiene una histórica tradición de imposición de políticas, condicionamientos", según el ministro, partidario de que "dialoguen, apoyen" acciones para el desarrollo integral, social y ambiental. "Necesitamos organismos internacionales más pro activos y más pro positivos, que respalden el crecimiento económico con inclusión social", ya que una visión exclusivamente financiera "no es suficiente para entender el crecimiento de un país", afirmó Orellana.
Según el titular boliviano de Desarrollo y Planificación, "las recetas de desarrollo y el modelo privatizador" del FMI "fracasó y generó más pobreza" en Bolivia, por lo que pide al organismo que deje al país "tomar decisiones sobre sus políticas de Estado". La reducción de la pobreza y el aumento de igualdad se consiguieron en Bolivia mediante una "regulación estatal fuerte", según el ministro. Por ejemplo, la banca privada está obligada por ley a dedicar "el 40 % de su cartera para vivienda sin contraparte de las familias", y el siguiente objetivo del Gobierno boliviano es garantizar también por ley los préstamos para la creación de nuevas empresas. Bolivia redujo la llamada pobreza extrema en un 23 % y la pobreza media en un 22 %, con lo que 2 millones de personas ascendieron a la clase media, según datos señalados por Orellana.
La divergencia fundamental entre el Gobierno boliviano y el FMI es que "el fondo nos recomienda contraer la inversión pública" y el ministro rechaza la "contracción" del gasto público. Sin embargo, Bolivia mantendrá varios encuentros multilaterales esta semana con motivo de la reunión del FMI y el Banco Mundial (BM) que congrega a los líderes económicos mundiales en Washington.
Entre los temas prioritarios para Bolivia se encuentra la energía, los precios de los hidrocarburos, la reforestación y la construcción de un tren bioceánico, que busca unir a través de territorio boliviano las costas pacífica y atlántica para fomentar el comercio con Asia. Además, Bolivia mantendrá reuniones bilaterales con China e India, donde sitúa ahora sus intereses en construir "relaciones diplomáticas comerciales de cooperación", adelantó Orellana.