La facturación bruta de ALUR viene mostrando una sostenida tendencia alcista. Desde los US$ 26 millones del ejercicio 2009 trepó a su máximo de US$ 250 millones del año pasado.
Fuente: El Observador
  
Alcoholes del Uruguay (ALUR) cerró su balance del 2015 con una ganancia neta de unos US$ 2 millones, con lo que acumuló un quinquenio de números positivos, aunque su funcionamiento ha estado bajo la lupa de la oposición y parte del gobierno. Luego de la polvareda que generó la capitalización de ANCAP (su principal accionista) por parte del Poder Ejecutivo por US$ 622 millones el año pasado, el gobierno anunció sobre fines del año pasado que iba a desalentar una mayor mezcla de biocombustibles y ceñirse únicamente al marco legal vigente.
 
De los 10 balances que cerró ALUR desde su fundación, en cuatro (básicamente al inicio de la gestión) cerró con pérdidas por US$ 19,8 millones, mientras que en los seis que cerró con números positivos las utilidades sumaron US$ 17,2 millones. La empresa alcanzó el mejor desempeño en 2014 con una ganancia de US$ 8,3 millones.
 
La facturación bruta de ALUR viene mostrando una sostenida tendencia alcista. Desde los US$ 26 millones del ejercicio 2009 trepó a su máximo de US$ 250 millones del año pasado.
 
El desglose de los ingresos brutos en dólares de 2015 muestra que la actividad más importante de ALUR es la producción y venta de biocombustibles, que representa el 72% de su facturación (unos US$ 180 millones). En orden de importancia le sigue la de alimento animal con 16%, y el azúcar con 8%.
 
El restante 4% de los ingresos brutos de la empresa provienen de la venta de energía eléctrica a UTE, glicerina y otros subproductos.
 
"ALUR alcanzó en 2015 un resultado neto positivo superior a los US$ 2 millones, logrando además la reducción en más de 20% del precio de venta de los biocombustibles a ANCAP", dice el comunicado.
 
En diálogo con El Observador el gerente general de ALUR, Manuel González, adelantó que para este año está previsto que se produzca una "nueva merma" en el precio de venta de biocombustibles a ANCAP, ya que la petrolera estatal destinará un monto menor para la compra de biocombustibles. Eso se hará con un mantenimiento de una mezcla del 10% del bioetanol con las gasolinas, mientras que en el caso del biodiésel se reducirá del 7% promedio de 2015 a un 6%. Con una merma de la facturación de su principal rubro, los ingresos de ALUR caerán por primera vez este año, explicó González.
 
Este es uno de los puntos controvertidos de su gestión. El año pasado cuando el ministro de Economía, Danilo Astori, compareció ante la comisión investigadora de ANCAP en el Parlamento, dijo que el ente petrolero estaba pagando un sobreprecio a ALUR por la compra de biocombustibles respecto a las referencias de los mercados internacionales. Desde ANCAP y la empresa, se aducía que eso se iba a corregir cuando ALUR contara con el 100% de su capacidad instalada operativa, algo que permitiría reducir sus costos.
 
Según González, la empresa está tomando todas las acciones a su alcance para mantener la senda positiva de su resultado operativo en 2016. Uno de los frentes será el de mejorar la inserción internacional del biodiésel mediante nuevas certificaciones de la materia prima que permitan una mayor apertura de mercados.
 
"El escenario 2016 impone nuevos desafíos, que ALUR enfrentará implementando acciones tendientes a la reducción de costos en todas las cadenas agroindustriales en las que opera, buscando mantener la actividad existente y sus impactos sociales positivos. También buscará diversificar la producción y venta de distintos productos, incluyendo biocombustible para flotas cautivas, y subproductos para exportación, así como el crecimiento en el mercado de azúcar", explica la empresa en el texto.
 
Producción y ventas
 
ALUR aumentó la producción de biocombustibles en 2015 al totalizar casi 130 millones de litros, lo que representa un incremento de 50% respecto al 2014. Del total de litros producidos, cerca de 40% corresponden a biodiésel y 60% a bioetanol. La empresa alcanzó el año pasado un acuerdo con Cutcsa, mediante el cual se incrementa el porcentaje de mezcla de biodiésel con gasoil en 100 unidades de transporte colectivo de pasajeros desde 7% a 20%.
 
Por otro lado, la producción y venta de harinas proteicas, granos secos de destilería con solubles (DDGS) y otros productos destinados al mercado de la alimentación animal, superó en 2015 las 130 mil toneladas, lo que determina un incremento de 130% medido en volumen y de 100% en la facturación, en ambos casos con respecto al año anterior.
 
"La producción de alimento animal tuvo por principal destino el mercado interno, que captó cerca del 90% de la oferta disponible, logrando sustituir en forma significativa la importación de harinas proteicas", resaltó la empresa. El restante 10% fue comercializado en el exterior, a través de exportadores locales. En el caso, de la caña de azúcar, el procesamiento sumó 443.160 toneladas y la producción de azúcar unas 23.000 toneladas. "Aunque se constató una disminución en la venta de azúcar blanco en envase de a kilo –que se comercializa bajo la marca Bella Unión–, ALUR logró aumentar nuevamente la colocación de azúcar rubio, azúcar en terrones y endulzante con estevia, lo que se tradujo en un crecimiento de la facturación de dichos productos comparando el 2015 con el 2014", señala la empresa.
 
Finalmente, la venta de energía eléctrica a UTE, que en 2015 llegó a los 15.085 megavatios/hora (MWh), fue 13% superior respecto al ejercicio anterior.
 
Optimizar costos con aporte privado
 
Otras de las medidas que ALUR tomará este año para "optimizar" costos será avanzar en un proyecto de autogeneración eólica y una planta de dióxido de carbono en Paysandú. El gerente general de la empresa explicó a El Observador que ambas iniciativas estarán a cargo de un privado que suscribirá un contrato con ALUR. En el primer caso, apunta a que un privado instale un aerogenerador para que abastezca la planta de bioetanol, a un costo menor del que hoy ofrece UTE. Por otro lado, otro privado podría construir una planta para recuperar el dióxido de carbono que produce la planta y transformarlo en gas licuado para comercializarlo en la región.