Fuente: LA RAZÓN
El valor de la exportación de gas licuado de petróleo (GLP) cayó 51% en 2015 respecto a 2014, ello debido al descenso del precio del petróleo; en tanto que el volumen de venta disminuyó 5%, lo que preocupa a analistas, quienes ven problemas en la producción de ese combustible. La venta de GLP al exterior está en la categoría de productos no tradicionales, pues hasta hace cuatro años Bolivia importaba ese carburante. Pero desde 2012, el país le vende a Paraguay y Perú. Entre los clientes también estaba Uruguay, pero ya no se le envía combustible desde junio de 2014.
Los analistas en materia de hidrocarburos Hugo del Granado y Guillermo Torres explican, por separado, que si bien los productos refinados, como lo es el GLP, se rigen por el precio del mercado internacional, éste se ajusta en función de fórmulas o indexaciones de variación de costo, que están previstas en contratos. No obstante, según el primero, no existen acuerdos de esa naturaleza con las naciones a las que Bolivia vende gas licuado.
Baja. En enero de 2015, el Gobierno, a través del Viceministerio de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje, descartó una afectación al valor de las ventas de GLP a raíz de una baja cotización del petróleo intermedio de Texas (WTI), de referencia para Bolivia, porque se preveía un mayor despacho de volúmenes de ese carburante, con lo que se compensaría una caída.
No obstante, si bien el costo del crudo, que en enero del pasado año había comenzado con $us 52,6 el barril, descendió paulatinamente a $us 37 hasta finales de diciembre, no se envió mayores volúmenes de gas licuado, por lo que en 2015 se vendió un 5% menos que en 2014. Por ello, Del Granado asegura que más que la caída del valor sorprende el descenso en el volumen de exportación, porque “más bien lo que se esperaba era un incremento notable en el volumen debido a que la planta Gran Chaco entró en producción en agosto del pasado año”.
De acuerdo con las cifras de exportación del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, que toma como base al Instituto Nacional de Estadística, desde agosto Tarija, donde se ubica la planta Gran Chaco, reporta envíos de gas licuado. Los volúmenes despachados fueron en ascenso hasta noviembre de esa gestión, pero cayeron en diciembre. No obstante, hubo un repunte en enero de este año.
En criterio de este analista, el menor envío de GLP se debe a que dicha industria está operando al 15% de su capacidad “aparentemente por problemas en su funcionamiento”. Entretanto, Torres explica que esa planta no está operando con todo su potencial porque no se está enviando a Argentina los 27 millones metros cúbicos de gas natural por día, previstos en el contrato de exportación.
Este periódico requirió información de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) respecto a la caída en las ventas de gas licuado, pero no respondieron a un cuestionario enviado a comienzos de semana. Problemas en la venta Gestión Desde 2012, Bolivia pasó de ser importador de GLP a uno que exporta ese combustible.
Descenso El GLP iba a Paraguay, Perú y Uruguay, pero ya no se manda a este último país. Se dejó de vender a Uruguay en junio de 2014 Bolivia dejó de vender gas licuado de petróleo (GLP) a Uruguay en junio de 2014, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que toma como base al Instituto Nacional de Estadística (INE). S
egún esa información, el mercado uruguayo no fue constante porque había meses en los que no se enviaba combustible y otros en los que sí se lo hacía. La exportación de este carburante a Uruguay comenzó en 2013.
El exministro de Hidrocarburos Guillermo Torres explicó que los países buscan precios convenientes a sus intereses para los diferentes productos derivados de hidrocarburos, incluidos los costos que representa la internación. “En el caso de Uruguay, seguramente le resulta mucho más barato llevar este producto por barco que comprar a Bolivia en cisternas”, manifestó Torres. El especialista en hidrocarburos Hugo del Granado consideró que Uruguay dejó de demandar gas licuado porque no había disponibilidad del combustible por la falta de producción. No obstante, aseguró que ése y otros mercados están abiertos para que Bolivia los abastezca, siempre que se subsane el rendimiento.