De acuerdo con la autoridad, el Estado boliviano tiene la oportunidad de consolidarse como la primera economía no solo de Sudamérica, sino de América Latina, tomando en cuenta el desarrollo que alcanzó en comparación con otros países.
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El Programa Fiscal Financiero para esta gestión busca garantizar la estabilidad de precios, mantener el dinamismo de la actividad económica que prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5% y una inflación a fin del período de 5,3%, entre otros, con la finalidad de consolidar a Bolivia nuevamente con el mayor desarrollo entre los países de Sudamérica. Este documento, como cada año, fue firmado ayer entre el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, y el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Marcelo Zabalaga.

“La política monetaria velará por la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda y, al igual que en 2015, preservando la estabilidad de precios (...) tendrá una orientación expansiva, manteniendo un alto nivel de liquidez para contribuir al dinamismo de la actividad económica”, remarcó Zabalaga. Agregó que el Programa Fiscal va acorde con los objetivos del Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2016-2020, que proyecta sostener el desarrollo nacional en el siguiente quinquenio. Por su parte, Arce Catacora recordó que ahora la política macroeconómica es elaborada de forma soberana y transparente, a diferencia del período neoliberal -antes del año 2005-, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaba muy involucrado en el programa monetario, financiero y fiscal del país.

“Hoy los bolivianos no solo gozan de estabilidad, sino que es una estabilidad que nosotros la anticipamos”, apuntó. El Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo, vigente desde 2006, permitió generar cambios referidos a la bolivianización de la economía, la redistribución de los ingresos y el crecimiento económico que permiten a Bolivia obtener los resultados alcanzados en la última década, dijo Arce Catacora. De acuerdo con la autoridad, el Estado boliviano tiene la oportunidad de consolidarse como la primera economía no solo de Sudamérica, sino de América Latina, tomando en cuenta el desarrollo que alcanzó en comparación con otros países.