Fuente: La Jornada
El número de direcciones (y por lo mismo puestos atractivos) aumentó de cuatro, en 1992, a nueve. Se incrementaron los subdirectores, gerentes y subgerentes, creciendo en 500 el número de funcionarios, supongo que empleados de confianza o algo así.
Al mismo tiempo, de diferentes formas, la empresa expulsó durante 2015 a 14 mil 694 trabajadores. Claro, más los 10 mil que está despidiendo ahora.
El nuevo director, José Antonio González Anaya, se luce en la Cámara de Diputados, justificando el hecho de ceder a empresas privadas proyectos de inversión de Pemex, con la deuda que tiene de 86 mil millones de pesos. ¿Y por qué siguen endrogando más y más a Pemex? Es una política privatizadora, y al mismo tiempo un saqueo del botín.
Pemex ha tenido una producción decreciente de crudo que ha llevado la de 2015 a las dos terceras partes de la de 2004.
En la producción de gas natural, en Burgos, que fue la principal, bajó 27 por ciento desde 2009; en Veracruz, desde 2008, se redujo 40 por ciento. A escala nacional se redujo sólo 16 por ciento, pero hay que considerar que subsiste una excepción.
Hay que seguir señalando la excepción del litoral de Tabasco, que sigue escapando de la tormenta burocrática y reaccionaria. En 2015 produjo nueve veces más crudo que en 2003 y arrojó 11.4 veces más gas natural que en 2003, y ya llega al 18 por ciento de la producción nacional de gas. Es la mejor prueba de que, pese a todo lo que le hacen, Pemex sigue vivo, y explica por qué la baja de la producción nacional de gas es de sólo 16 por ciento.
Entonces, existen por lo menos dos Pemex encimados. En diferentes lugares y formas, subsisten elementos de desarrollo, y al mismo tiempo gobierna una maquinaria burocrática privatizadora y saqueadora. Es importante hacer esta distinción.
La Comisión Federal de Electricidad también perdió miles de millones de pesos en 2015. Se trata de la misma política privatizadora y saqueadora.
Es importante ir forjando posibles alternativas al respecto. Ya hemos hecho propuestas.
En este caso, menciono nuevamente algunas medidas tomadas en India.
Tal país ha desarrollado capacitación masiva de personal de alta capacidad técnica. Eso les permitió, en 2003, cuando hubo un enorme apagón en el noreste de Estados Unidos –la parte vecina de Canadá– y los ingenieros locales no podían resolverlo porque estaban habituados a trabajar con electricidad, que los ingenieros que llegaron de India resolvieran el problema.
India lanzó, hace poco más de un año, una nave que dejó un satélite en Marte, lo cual les permite realizar estudios importantes.
Cuando Rusia tuvo problemas en una zona importante del Océano Ártico con yacimientos de petróleo y gas, recurría a un monopolio estadunidense, pero el gobierno de ese país le prohibió perforar en aquel sitio, como parte del bloqueo a Rusia. El problema se resolvió con India, que sí dominaba esa tecnología.
India resolvió un problema heredado de la colonia y de la división del país en regiones con gobernantes distintos. La separación entre las dos líneas metálicas de la vía ferroviaria era diferente en cada caso. Ese país usó un sistema aplicado inicialmente en el norte de Europa. Cada carro de ferrocarril tenía dos elementos: abajo, el piso con las ruedas, y arriba, el carro con la carga o con los pasajeros. Ambos elementos podían ser unidos y separados; se construían dos rieles paralelos, uno de cada ancho de los requeridos, mientras una enorme grúa sostenida arriba de las vías levantaba el carro de la base con ruedas de una vía y lo colocaba en otra base en la otra vía. Entonces podía circular por la otra vía.
Eso se llama Puerto Seco y ya India tiene operando más de 200. Muestra lo que puede hacer un país que hace 65 años todavía era colonia inglesa.
Es un ejemplo que nos anima a trabajar en esa dirección.