Fuente: EL MUNDO
El presidente de la Anapo, Reinaldo Díaz Salek, dijo que pasan una situación difícil por la caída del precio en el mercado internacional y peor aún por la reciente liberación de los aranceles a los productos derivados de soya dispuesto por Colombia, a donde Bolivia exporta el 30 por ciento de la producción nacional. “Es vital que en estos momentos, el Gobierno nos brinde condiciones adecuadas para seguir produciendo alimentos como soya, maíz, sorgo, arroz y otros, que conforman el sistema de producción y alimentación sustentable.
Una de esas condiciones es la liberación de exportación de grano de soya, porque no existen condiciones de soportar los precios locales, debido a que no cubren los costos de producción”, manifestó. Según datos de Anapo, el costo de producción oscila entre 400 a 450 dólares por hectárea y cada hectárea rinde un promedio de 1.8 toneladas de soya.
Eso implica que para cubrir el costo mínimo, los productores deben sembrar el doble para obtener algún margen positivo. El Gobierno fija un promedio de pago de 285 dólares por tonelada, pero las industrias molineras de Santa Cruz, a donde los productores están obligados a vender el 70% de su producción, compran entre 190 a 240 dólares por tonelada. Esta cifra es diferente a la cotización internacional que fija el mercado de Chicago de Estados Unidos, donde la semana pasada cerró en 320 dólares la tonelada. Durante la Exposoya 2016 efectuado este fin de semana en Cuadro Cañadas, Díaz informó a los productores que se reunieron con autoridades del Gobierno nacional, para explicar la importancia de liberar cupos de exportación a favor de los productores.
“Entendemos que han comprendido nuestra crítica situación y que van a liberar la exportación lo antes posible”, afirmó a tiempo de asegurar que los productores de soya están comprometidos con la alimentación nacional, para lo cual buscan mejorar la productividad de los cultivos con el uso de moderna tecnologías. Anapo se encuentra con la siembra de verano que se inició en noviembre del año pasado y concluirá en mayo de este año, tiempo en el que los casi 14 mil productores sembraron 990 mil hectáreas, 40 mil más que en el período 2014-2015, pero fueron afectados por la sequía y las inundaciones.
Los productores esperan la cosecha final para conocer el impacto de los efectos climáticos que actualmente enfrentan las zonas de Cuatro Cañadas, Pailón y San Julián, las mayores productoras del mercado nacional.
El presidente de la Anapo, Reinaldo Díaz Salek, dijo que pasan una situación difícil por la caída del precio en el mercado internacional y peor aún por la reciente liberación de los aranceles a los productos derivados de soya dispuesto por Colombia, a donde Bolivia exporta el 30 por ciento de la producción nacional. “Es vital que en estos momentos, el Gobierno nos brinde condiciones adecuadas para seguir produciendo alimentos como soya, maíz, sorgo, arroz y otros, que conforman el sistema de producción y alimentación sustentable.
Una de esas condiciones es la liberación de exportación de grano de soya, porque no existen condiciones de soportar los precios locales, debido a que no cubren los costos de producción”, manifestó. Según datos de Anapo, el costo de producción oscila entre 400 a 450 dólares por hectárea y cada hectárea rinde un promedio de 1.8 toneladas de soya.
Eso implica que para cubrir el costo mínimo, los productores deben sembrar el doble para obtener algún margen positivo. El Gobierno fija un promedio de pago de 285 dólares por tonelada, pero las industrias molineras de Santa Cruz, a donde los productores están obligados a vender el 70% de su producción, compran entre 190 a 240 dólares por tonelada. Esta cifra es diferente a la cotización internacional que fija el mercado de Chicago de Estados Unidos, donde la semana pasada cerró en 320 dólares la tonelada. Durante la Exposoya 2016 efectuado este fin de semana en Cuadro Cañadas, Díaz informó a los productores que se reunieron con autoridades del Gobierno nacional, para explicar la importancia de liberar cupos de exportación a favor de los productores.
“Entendemos que han comprendido nuestra crítica situación y que van a liberar la exportación lo antes posible”, afirmó a tiempo de asegurar que los productores de soya están comprometidos con la alimentación nacional, para lo cual buscan mejorar la productividad de los cultivos con el uso de moderna tecnologías. Anapo se encuentra con la siembra de verano que se inició en noviembre del año pasado y concluirá en mayo de este año, tiempo en el que los casi 14 mil productores sembraron 990 mil hectáreas, 40 mil más que en el período 2014-2015, pero fueron afectados por la sequía y las inundaciones.
Los productores esperan la cosecha final para conocer el impacto de los efectos climáticos que actualmente enfrentan las zonas de Cuatro Cañadas, Pailón y San Julián, las mayores productoras del mercado nacional.