Fuente: Panorama

  

La industria petrolera nacional se ha propuesto una política de racionamiento y reducción de gastos del 30%, sobre los presupuestos de gastos y de inversiones, sin afectar las actividades operacionales, tomando en cuenta los precios actuales del petróleo a nivel mundial. Esta decisión implica una adecuación en las actividades de mantenimiento y de nuevos proyectos necesarios para sostener la producción de hidrocarburos.

 

Los ingresos por conceptos de las exportaciones petroleras han caído dramáticamente en los primeros meses del año. El propio presidente Maduro afirmó que en el mes de diciembre solo Pdvsa había vendido al Banco Central de Venezuela 77 millones de dólares, en comparación al mes de enero 2015, cuando fueron $ 1.750 millones. La situación financiera es muy difícil. La misma está golpeando a Pdvsa en su caja para atender las necesidades y requerimientos operacionales. Es menester otorgarle a Pdvsa los recursos necesarios para poder sostener la producción cercana a los 3 millones de barriles diarios. Es la única forma de mantener el ingreso en divisas y poder lograr que, a duras penas, se puedan hacer los mantenimientos e inversiones mínimas, para sostener y, en algunos casos, aumentar la capacidad de producción.

 

La esperanza está cifrada en lograr unos precios entre los $ 50 y $ 60 por barril. La congelación de precios, con fecha 11 de enero 2016, abre el camino para que los productores y exportadores de petróleo, tanto Opep y no Opep, busquen el equilibrio del precio del petróleo, ante la arremetida de los países potencia para ejercer su poder económico y la primacía mundial.

 

Existen grandes volúmenes de petróleo en reservas estratégicas, unos y otros almacenados hasta en barcos y bunkers a la espera de mejores precios (especulación).

 

En la medida que la demanda de hidrocarburos aumente y los volúmenes de producción se mantengan por parte de los productores y exportadores, en esa misma medida se equilibrarán los precios en los mercados mundiales. Ya de hecho, el precio se ha ido ajustando hacia arriba. Progresivamente, se logrará el objetivo. De lo contrario, los países productores y exportadores deberán tomar decisiones drásticas como ocurrió en el año 2008, rebajando la producción en más de 4 millones de barriles diarios, aun cuando las circunstancias actuales son diferentes y con actores más variados.

 

Nuevamente, insisto, lo que he mencionado en artículos anteriores, Pdvsa sin el sector privado petrolero venezolano está limitada en sus ejecuciones. Aun cuando las inversiones estén reducidas, en virtud de las circunstancias, las necesidades de contratación son necesarias. Hemos observado un nivel muy bajo de contratación, lo que implica desajustes en las labores de mantenimiento y de ejecución de los proyectos necesarios para mantener la producción y en algunos casos para aumentarla. Hay que tomar en cuenta los factores reales de declinación natural de los yacimientos maduros.

 

La falta de pago de Pdvsa, tanto en divisas como en bolívares, es evidente y está erosionando a las empresas que históricamente han prestado el servicio a Pdvsa. Esta situación tiene que encararse, puesto que no hay capacidad para rehabilitar los equipos, no hay capacidad financiera para renovar los equipos usados en la prestación de los servicios, lo cual gravita negativamente en la productividad en la ejecución de los proyectos para la propia Pdvsa.

 

Hay que ponerse al día con los pagos para seguir adelante apoyando a Pdvsa. Es un compromiso con el país y nuestra industria petrolera de la cual dependemos todos los venezolanos.

 

Venezuela saldrá adelante de esta difícil circunstancia, y como puntal de la recuperación será nuevamente su industria petrolera nacional. Defendámosla y apreciemos lo que ella ha significado y lo que significará para nuestro presente y futuro, con las reservas de hidrocarburos más grandes del planeta.