Hace un año, la empresa anunció un beneficio neto en 2014 de 1.612 millones de euros, un resultado ocho veces superior al de 2013.

El beneficio neto ajustado (sin tomar en cuenta los elementos excepcionales) en 2015 fue de 1.860 millones de euros, en aumento de 9% respecto a 2014.   El resultado bruto de explotación (Ebitda), calculado en base a la valoración de inventarios a coste de reposición, alcanzó los 5.013 millones de euros, lo que supuso un 5,6% más que en 2014.

En el área industrial, el negocio del Downstream (refino y química) "ha compensado el bajo ciclo que la caída de los precios del crudo y del gas ha generado en el Upstream (exploración y extracción)", afirmó Repsol.

En el Upstream, la compañía logró en 2015 una "producción media de 558.900 barriles equivalentes de petróleo al día", lo que supuso un 57,6% más que en 2014, procediendo las mayores incorporaciones de Norteamérica (Talisman) y Asia, "y de la contribución de los proyectos estratégicos de Venezuela y Brasil".

Sin embargo, los bajos precios del crudo, junto a la interrupción de la actividad en Libia, al borde de la guerra civil, y la amortización de pozos, se plasmaron en esta área de negocio de la compañía, que obtuvo un "resultado neto ajustado negativo de 909 millones de euros".

Este entorno deprimido de bajos precios del petróleo llevó a la principal petrolera española a realizar en enero pasado "provisiones extraordinarias de 2.957 millones de euros", que, según Repsol, "podrían revertirse en próximos ejercicios ante una mejora de precios".

En el sector de Downstream, en cambio, la compañía logró un resultado neto ajustado de 2.150 millones de euros, lo que supuso un 113% más que en el ejercicio anterior.

La deuda financiera del grupo se situó al término de 2015 en 11.934 millones de euros, lo que supuso un descenso de 1.189 millones de euros respecto al final del tercer trimestre.

Las acciones de Repsol ganaban en la Bolsa de Madrid un 2,02% a 8,75 euros a las 09:15 GMT en un mercado en alza del 1,68.