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Macroeconomía. A pesar del contexto internacional negativo, Bolivia mantiene un crecimiento anual por encima del 5%.
Macroeconomía. A pesar del contexto internacional negativo, Bolivia mantiene un crecimiento anual por encima del 5%. En tanto, el director del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, indicó que las previsiones de la economía latinoamericana para 2016 serán "muy probablemente con una rervisión a la baja", arrastradas por la intensificación de la crisis política en Brasil, postergando el repunte regional tras la contracción estimada del 0,3 % para 2015.

Este panorama es producto, señaló Werner, de "cuatro países en contracción o crecimientos muy bajos", entre los que citó Venezuela (-10 %), Brasil (-3 %) y Argentina y Ecuador con una expansión "alrededor de cero". Sumado a esto, el crecimiento del comercio mundial se ha desacelerado considerablemente y la caída de precios de las materias primas plantea problemas para las economías que dependen de los productos básicos.

Y muchos países todavía tienen sectores financieros débiles en momentos en que los riesgos financieros aumentan en los mercados emergentes, señaló el FMI. Por su parte, el Banco Mundial advirtió los riesgos a los que se enfrentará la economía global en 2016: un lento crecimiento en las principales economías, la volatilidad generada por el alza de tasas en Estados Unidos, una persistente caída en los precios del petróleo y fenómenos climáticos como El Niño, cuya fuerza aumenta con el paso de los años.

En este contexto, el economista jefe del BM Augusto de la Torre subrayó que la región latinoamericana "se ha bifurcado", con México y Centroamérica aprovechando el repunte de EEUU y una Sudamérica frenada por la ralentización china. "Tengo el temor de que el próximo año (este año 2016) sea también de cero o muy bajo crecimiento. Todavía queda mucha tela que cortar, y no creo que los países hayan tocado fondo, solo Chile", agregó.

Los organismos internacionales juegan un papel importante. En este marco, Juan Notaro, presidente ejecutivo de Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata), comentó que la incertidumbre imperante en la economía mundial presenta diversos escenarios y riesgos a los que los países sudamericanos deberán hacer frente este 2016.

Entre ellos, la baja en los precios de las materias primas, la situación que atraviesan Brasil y Venezuela, que incidirá en el crecimiento regional y la disminución de los flujos financieros y de inversiones. "El papel de los organismos financieros internacionales, entre ellos Fonplata, será fundamental para impulsar el financiamiento de largo plazo, el desarrollo de la infraestructura, sobre todo aquellos destinados a la infraestructura de integración, y el fortalecimiento institucional que impulsará nuevamente a los países al crecimiento potencial de la región.

Sin embargo, se espera no obstante, según los datos de los principales Organismo Internacionales, que para el 2017 se tenga nuevamente un proceso de mejora en el crecimiento y por tanto en los indicadores sociales", detalló Notaro. El titular de Fonplata comentó que Bolivia no está exenta de los efectos externos, ya que el crecimiento económico del país se ha ralentizado y el sector público terminó con un déficit fiscal en el 2015.

No obstante considera que ha mantenido sus cuentas fiscales en proporción al crecimiento del producto interno bruto, el aumento del gasto ha sido principalmente en la inversión pública que a su vez está impulsando la inversión privada y en otros términos ha fortalecido la Formación Bruta de Capital.

"La estabilidad en precios internos fomenta la inversión de largo plazo, sobre todo en moneda local, facilitando la administración monetaria y fiscal, reduciendo a su vez los costos financieros de la producción", dijo Notaro. Oscuro panorama debe ser un desafío.

En tanto, el economista e investigador Germán Molina prevé un 2016 bastante gris para la región, toda vez que continuará la tendencia, nivel y estructura en el mercado mundial de caída de los precios de los hidrocarburos, minerales, metales y alimentos, beneficiando a los países importadores de hidrocarburos y otras materias primas y perjudicando a los países exportadores, además de acentuarse los problemas geopolíticos que afectarán aún más los problemas económicos a nivel mundial. Al mismo tiempo considera que este panorama se presenta como un desafío a encarar en los países de la región.

"Las entradas de capitales disminuirían y también las reservas internacionales netas, los costos de colocación de fondos soberanos aumentarán, las monedas se devaluarán y el crecimiento económico disminuirá marcadamente en algunos países. La depreciación de la moneda será una defensa sumamente útil frente a diversos shocks económicos", señala Molina.

En este marco, el experto conssidera que para que el país se encamine por el sendero del crecimiento económico sostenido a mediano y largo plazo tiene que incrementar la productividad total de factores de producción y su competitividad.

"Se debe crear nuevos bienes, servicios adecuados a los requerimientos de los mercados internacionales y no únicamente beneficiarse de las épocas de bonanzas que son transitorias.

Para conseguir elevar la productividad del país se tiene que dedicar mayores recursos a la educación, investigación, innovación y crear incentivos para que los inversores prefieran colocar sus recursos en nuestro país", finalizó. América Latina Desaceleración ejerce presión en los ingresos Efectos.

Los cuatro años de desaceleración económica comienzan a tener un impacto adverso en los puestos de trabajo y el ingreso familiar en la región, luego de que el auge de las materias primas derivara en conquistas significativas, una caída en la tasa de participación laboral está haciendo que las familias comiencen a sentir el impacto, según el informe del Banco Mundial.

Este sería el quinto año consecutivo en el que la región estaría registrando un desempeño inferior a las expectativas, señal de que existen nuevos factores, mayormente internos, que estarían prolongando los efectos del empeoramiento en las condiciones externas, en particular la fuerte desaceleración de China y la caída de las materias primas.

"Aún con la desaceleración, los mercados laborales de la región se las han arreglado para permanecer sólidos", dijo Augusto de la Torre, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina. "En los últimos tiempos, sin embargo, estamos viendo que la calidad del empleo se está deteriorando a medida que los asalariados se vuelven trabajadores independientes o pasan de empresas grandes a otras más pequeñas.

Lo más notable es el hecho que los trabajadores estén abandonando el mercado laboral por completo, una tendencia marcada entre los hombres jóvenes y menos educados. A medida que regresan a sus hogares sin salario, el ingreso de los hogares pobres podría resentirse aún más”.