El fin del contrabando da señales de cambio en el mapa del combustible. EL DEBER hizo un recorrido en Santa Cruz
“Hay diésel, pero ya no hay quién compre”, resumía un funcionario de un surtidor cercano al mercado Los Pocitos, en la zona del Plan Tres Mil, en Santa Cruz de la Sierra. Un recorrido realizado por EL DEBER la noche del lunes por el sector sureste de la ciudad confirmó esa percepción: las largas filas para adquirir diésel prácticamente desaparecieron y las pocas colas visibles correspondían, sobre todo, a la compra de gasolina.

El escenario contrasta con los días previos y se da incluso cuando el paro del transporte urbano seguía vigente. De acuerdo con datos oficiales, menos de la mitad de los más de 10.000 microbuses que operan en la capital cruceña funciona con diésel; la mayoría utiliza gas natural vehicular (GNV). Por ello, el transporte urbano tiene una incidencia limitada en la demanda de este combustible, a diferencia del transporte pesado, que concentra el mayor consumo.

Fuente: El Deber

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