Aunque las filas desaparecieron, el problema de fondo sigue intacto: el sistema de distribución de combustibles no cambió. En Santa Cruz hay diésel y gasolina, pero las ventas son bajas porque persisten los mismos controles y cupos previos al fin de la subvención, advierte la Asociación de Surtidores de Santa Cruz (Asosur).
Un recorrido de EL DEBER por el sureste de la ciudad confirmó el cambio: las filas por diésel desaparecieron y las pocas colas fueron por gasolina. “Hay diésel, pero ya no hay quién compre”, resumió un funcionario de un surtidor del Plan Tres Mil.
Fuente: El Deber
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