La aprobación de la Medida Provisional 1.304/2025 consolidó uno de los movimientos más significativos del sector eléctrico en las últimas décadas: la apertura total del mercado energético. A partir de octubre de 2027, todos los consumidores brasileños —residenciales, comerciales e industriales— tendrán la libertad de elegir a su proveedor de energía.
Este es un cambio histórico que, más allá de modificar las reglas de contratación, redefine la dinámica de la competencia, la innovación y la eficiencia en el sector. Esta apertura se ha comparado con otras grandes reformas estructurales, como la del sector de las telecomunicaciones, que permitió a los consumidores elegir su operador móvil preferido en función del precio, la calidad y los servicios.
El paralelismo es lógico: lo que antes era un monopolio se está transformando en un ecosistema de múltiples ofertas y libertad de elección. Un nuevo mercado con un valor de 250 mil millones de reales. El impacto potencial es enorme. Actualmente, el mercado energético se divide en tres segmentos, siendo el principal el mercado regulado, que incluye aproximadamente 85 millones de consumidores, desde hogares hasta pequeñas empresas, atendidos exclusivamente por distribuidoras que ostentan el monopolio del servicio en cada región.
Este grupo representa aproximadamente el 60% del consumo eléctrico nacional. Con la apertura total, las empresas generadoras y comercializadoras competirán por un universo estimado de entre 60 y 90 millones de consumidores, según su perfil de suscripción, en un mercado valorado en alrededor de R$ 250 mil millones.
Esta es una escala sin precedentes, que abre la puerta a nuevas ofertas, productos personalizados y soluciones más competitivas, en línea con lo ocurrido en otros sectores tras la liberalización. Competencia y eficiencia: los motores de la transformación. Desde el punto de vista económico, la apertura promete ganancias concretas en eficiencia. La libre negociación de precios y condiciones contractuales tiende a estimular el uso racional de la energía y a reducir los costos promedio para el consumidor final.
Las estimaciones de las asociaciones del sector indican que la migración podría generar ahorros promedio de hasta un 20% en las facturas de electricidad. Más allá de una cuestión tarifaria, el nuevo modelo crea un entorno propicio para la innovación, donde los productos y servicios personalizados, las fuentes de energía renovables, los contratos con certificación de origen, las soluciones de gestión del consumo y la eficiencia energética se convierten en factores diferenciadores competitivos.
En este contexto, la competencia impulsa el desarrollo de soluciones más sostenibles y tecnológicamente avanzadas. Un mercado preparado, pero que enfrenta nuevos desafíos. Brasil llega a esta etapa con madurez regulatoria y técnica. La Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica (CCEE), la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) y el Ministerio de Minas y Energía (MME) ya cuentan con una amplia experiencia en la operación del mercado libre, que actualmente representa más del 70% del consumo industrial del país.
Sin embargo, la expansión al sector minorista representa un salto de escala sin precedentes. La incorporación de millones de nuevos consumidores requerirá una infraestructura tecnológica robusta, nuevos mecanismos de coordinación entre agentes y una especial atención a la transparencia de las relaciones comerciales. La digitalización de los procesos, desde la medición hasta la facturación, será un factor determinante para garantizar la seguridad, la previsibilidad y la confianza en la transición. Riesgo regulatorio y la importancia de la previsibilidad. Uno de los principales puntos de atención es el riesgo regulatorio y operativo de esta expansión. La apertura del mercado solo tendrá éxito si se acompaña de un marco estable y técnicamente preparado.
La previsibilidad regulatoria es esencial para que inversores, operadores y consumidores puedan planificar el futuro con confianza. Asimismo, es necesario garantizar una comunicación clara con el consumidor, con normas de protección bien definidas y mecanismos de resolución de conflictos, basados en las lecciones aprendidas de otras liberalizaciones sectoriales.
Un nuevo ciclo para la energía en Brasil. La plena apertura del mercado libre inaugura un nuevo ciclo para el sector eléctrico brasileño. La energía deja de ser un mero insumo esencial y se convierte en un activo estratégico que puede contratarse según su valor, origen e impacto. Los consumidores obtienen mayor libertad de elección, y las empresas tienen el reto y la oportunidad de diferenciarse mediante la eficiencia, la innovación y la calidad del servicio.
Tal como sucedió con la telefonía, esta transformación debería impulsar las inversiones, aumentar la competitividad y acercar el sector energético a los avances más modernos del mundo. El camino está trazado: Brasil tiene ante sí la oportunidad de construir un mercado más libre, dinámico y sostenible, y el éxito de este camino dependerá de la capacidad colectiva para equilibrar la innovación, la seguridad y la transparencia.
Philipe Kilzer es el Director de Operaciones Estructuradas de [Nombre de la empresa].Grupo de pernos.
Fuente: AXES
