Según datos de la Fundación Jubileo, el país gasta aproximadamente $us 3.000 millones anuales para importar combustibles líquidos y otros $us 2.000 millones para subsidiarlos.
La subvención a los combustibles se ha convertido en uno de los principales factores de presión sobre la economía boliviana. Cada año, el monto destinado a cubrir la brecha entre el precio real y el que se vende en el mercado interno va en aumento.

En cuatro años, Bolivia pasó de pagar $us 627 millones a $us 2.400 millones para subvencionar los hidrocarburos, según datos del informe Subvención a los hidrocarburos, una reforma necesaria, de la Fundación Jubileo.

Fuente: La Razón

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