Expertos señalan que el gobierno de Rodrigo Paz deberá efectuar una reingeniería de la estatal, reducir sus elevados gastos, personal y concesionar unidades de negocio que generan pérdidas. La compañía necesita atraer inversión.
El 1 de mayo de 2006, se nacionalizaba los hidrocarburos y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) tomaba el control del sector. Luego de 19 años, el Movimiento Al Socialismo (MAS) deja una empresa insolvente, con iliquidez, con menores ingresos, caída en sus utilidades, enormes gastos y elevada planilla salarial y poco rentable, por lo que el nuevo Gobierno debe encarar una profunda reingeniería de la compañía, advierten analistas.

Los estados financieros de la estatal petrolera, reportados al Ministerio de Economía, revelan que el año pasado sus ventas llegaron a 31.583 millones de bolivianos, un 8,7% menos que los 34.623 millones de bolivianos que se anotaron en 2023. Mientras que la utilidad neta aumentó de 418 a 1.093 millones de bolivianos entre 2023 y 2024, es decir en un 161%.

Fuente: Visión 360

Lea la noticia