El país ha completado con éxito su primera transición energética, transformando su matriz eléctrica en una de las más limpias del mundo.
Uruguay XXI ha presentado recientemente un informe sobre el sector energético de la región, donde se resalta el avance y la posición de liderazgo de Uruguay en un entorno global que cada vez prioriza más las energías renovables. Con una impresionante participación del 99% de fuentes renovables en la generación eléctrica, Uruguay se ha consolidado como un caso de éxito y una plataforma estratégica de inversión en energías limpias. Este logro se debe a la estabilidad política y regulatoria del país, así como a una visión de futuro coherente alineada con las necesidades del desarrollo sostenible. Publicidad

Uruguay ha completado con éxito su primera transición energética, transformando su matriz eléctrica en una de las más limpias del mundo. Con esta base sólida, el país ahora avanza hacia una segunda fase que tiene como foco la descarbonización del transporte y la industria, abriendo nuevas oportunidades de alto valor en sectores con un crecimiento acelerado. Este proceso de transformación está respaldado por fortalezas en múltiples dimensiones. Desde el punto de vista ambiental, la matriz eléctrica prácticamente descarbonizada ha permitido a Uruguay reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se aprovechan los residuos de diversas cadenas productivas como insumos energéticos. Esta capacidad para integrar prácticas sostenibles en el sistema energético es un indicador del compromiso del país con la protección del medio ambiente. En el ámbito económico, la transformación de la matriz energética ha resultado en menores costos de generación. Esto se traduce en un sistema eléctrico más eficiente y competitivo, características que son esenciales para atraer inversiones. Adicionalmente, el reforzamiento de la red de transmisión y la diversificación geográfica de la generación han aumentado la robustez y resiliencia del sistema eléctrico uruguayo. En el plano internacional, Uruguay ha cambiado su estatus de importador neto de energía eléctrica para convertirse en exportador. Este cambio estratégico ha permitido al país desempeñar un papel activo en la integración energética regional, colaborando con sus socios en el desarrollo de un sistema energético más interconectado y sostenible. Hoy en día, el sistema eléctrico uruguayo se distingue por ofrecer seguridad de abastecimiento, costos competitivos y sostenibilidad ambiental, con una cobertura del 99,9% de los hogares uruguayos y un marco regulatorio sólido. Esta combinación de factores posiciona al país como una de sus mayores fortalezas estructurales y una plataforma clave para la transición energética en sectores que todavía dependen de combustibles fósiles. El país cuenta con una de las redes eléctricas más densas y confiables de América Latina. Gracias a un robusto sistema de distribución que abarca cerca de 90,000 kilómetros de líneas, la cobertura alcanza casi todos los hogares del territorio. La columna vertebral de este sistema es una extensa red de transmisión de alta tensión que, para 2024, alcanzó los 5,857 kilómetros. Esta red se organiza en dos niveles principales: la red de 500 kV, que transporta energía desde las grandes represas hidroeléctricas hasta el área metropolitana de Montevideo, y la red de 150 kV, que distribuye electricidad a las capitales departamentales y principales centros de consumo a través de más de 90 subestaciones de transmisión. Publicidad

El sistema eléctrico uruguayo ha sido reconocido por su alta confiabilidad. Según el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, Uruguay ocupa el primer lugar en América Latina en calidad del suministro eléctrico. En 2024, la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) recibió por quinta vez el "Premio de Oro 2024", otorgado por la Comisión de Integración Energética Regional, un testimonio del excelente desempeño y compromiso con un suministro de energía sostenible y accesible. Uruguay se encuentra en una posición única para liderar la transformación energética en la región, destaca Uruguya XXI, gracias a su transición exitosa hacia una matriz eléctrica renovable. Con políticas coherentes, un marco regulatorio sólido y un fuerte compromiso con la sostenibilidad, el país está preparado para no solo cumplir con sus objetivos energéticos, sino también para actuar como referente para otras naciones que buscan avanzar en sus propias transiciones hacia energías limpias. La inversión en energías renovables no solo beneficia al medio ambiente, sino que también promueve el desarrollo económico y la inclusión social, elementos clave para asegurar un futuro próspero y sostenible.

Fuente: Caras y Caretas