La situación geopolítica mundial puso nuevamente de relieve la discusión respecto a bienes estratégicos y redobló los requerimientos de mayor autonomía energética. Los alimentos, el agua, la tecnología y la producción de energía están en la primera fila de las necesidades nacionales frente a un escenario internacional de creciente incertidumbre.
La cuestión energética, sea para la producción industrial o para la tecnología como las criptominerías o los centros de datos para la inteligencia artificial, se presenta como una de las principales preocupaciones de los Estados. En este contexto, Paraguay disfruta desde hace varios años de un superávit en la producción de energía merced a sus tres plantas hidroeléctricas. Sin embargo, el crecimiento de la infraestructura de transmisión y el sostenido aumento de la demanda podrían cambiar este horizonte al cabo de unos pocos lustros.
Para comprender más sobre la presente situación del país en esta materia y algunos posibles plazos de cara al futuro inmediato, La Nación/Nación Media conversó con el doctor en energía Victorio Oxilia, quien aboga por realizar con urgencia las inversiones necesarias en generación, transmisión y distribución de energía para enfrentar los crecientes retos que se perfilan en un lapso no muy lejano.
Victorio Oxilia, doctor en energía –¿Cuánta energía produce actualmente Paraguay y cuánta consume? –En términos de energía eléctrica, estamos consumiendo alrededor de 26.000 GWh (1 GWh = 1 millón de kWh), lo que significa que consumimos aproximadamente la mitad de lo que podemos generar en términos de energía eléctrica con las centrales hidroeléctricas en operación. Este valor de consumo incluye la energía utilizada en todas las categorías de usuarios del Sistema Interconectado Nacional de la Administración Nacional de Electricidad (Ande), y pérdidas en la transmisión y distribución de la energía (28 % aproximadamente de ese total). Esto si consideramos solamente energía en el análisis. Ahora bien, si consideramos potencia en vez de energía, nuestra demanda máxima de potencia en megavatios fue de 5.122 MW, lo cual estaría en el orden del 66 % de nuestra capacidad disponible, siempre en términos de potencia. Sin embargo, debe considerarse que ese nivel de demanda se da pocas horas al año, durante el verano, en horarios de mayor temperatura (cerca del mediodía y en las tardes de verano de un día laboral) y al inicio de la noche, siempre en meses calurosos. Durante la mayor parte de las horas del año la demanda es mucho menor.
La generación de energía fotovoltaica es especialmente viable en el Chaco por la alta radiación solar y disponibilidad de terreno La generación de energía fotovoltaica es especialmente viable en el Chaco por la alta radiación solar y disponibilidad de terreno DISPONIBILIDAD DE POTENCIA Y ENERGÍA –¿Hasta cuándo se estima que podría durar este superávit de energía? –Teniendo en cuenta la capacidad instalada en nuestras centrales hidroeléctricas, tendríamos disponibilidad de potencia hasta aproximadamente 2032, pero podría adelantarse en el caso de que las tasas de crecimiento de la demanda se mantengan muy elevadas o que se den períodos prolongados de sequía en el corto plazo. En términos de energía tendríamos disponibilidad para un tiempo mayor, alcanzando un período cercano al 2040.
–¿Se pueden identificar las variables que determinaron el aumento del consumo de energía en el país? –La demanda de potencia y de energía eléctrica está siendo impulsada principalmente por las cargas especiales intensivas (mineras de criptomonedas) y el intensivo uso de equipos de aire acondicionado en días y horas de mayor calor.
–¿Es posible que en un futuro cercano tengamos problemas con el abastecimiento de energía, sea por producción o distribución? –Si no se realizan urgentemente inversiones necesarias en generación, transmisión y distribución podríamos sufrir de situaciones críticas en los días de verano y en las horas de mayor calor del año, en el corto plazo; el rezago de inversiones, en todos los segmentos de la industria eléctrica, es muy importante.
ESCENARIOS POSIBLES –¿Existe un plan estratégico en ejecución? –La Ande posee planes de transmisión y distribución eléctrica. En lo que respecta a la generación posee cinco escenarios posibles de inversión, no un plan. El gran problema es que posee buena parte del financiamiento asegurado para la transmisión y distribución, pero no así para la generación. El único proyecto de expansión de generación que se estuvo ejecutando, pero que aún no termina, es el del brazo de Aña Cua, en el ámbito de la central binacional de Yacyretá.
–¿Es necesario planificar nuevas plantas de generación? –Las plantas de generación eléctrica exigen de un largo período de maduración como proyecto. Es por ello que la planificación a largo plazo es relevante. Entre las tecnologías de generación disponibles para el país la más conveniente e inmediata parece ser la de conversión de radiación solar en electricidad mediante paneles fotovoltaicos. Sin embargo, es recomendable que los demás recursos energéticos sean considerados en los análisis prospectivos.
“LA DIVERSIFICACIÓN DE LA MATRIZ ENERGÉTICA ES CLAVE” Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) La energía es uno de los principales factores de producción y de dinamización de la economía junto con la materia prima, la tecnología, la mano de obra y el acceso a los mercados.
Pero además de ser un insumo clave para la puesta en marcha del motor de la economía, es también per se una gran oportunidad de negocios para el sector privado, ya sea en la fase de producción, distribución o almacenamiento. En este marco, Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), compartió la mirada que tiene su gremio respecto al futuro energético del país y las necesidades que plantean desde su sector, tanto para garantizar el abastecimiento como respecto a las inversiones que permitan al capital privado formar parte del sistema.
–¿Cómo ve la industria paraguaya la cuestión energética a nivel nacional? –Representa un desafío que requiere una urgente intervención, tanto hoy como en el futuro. Las proyecciones técnicas coinciden en que Paraguay alcanzará el límite de su excedente energético entre 2030 y 2032 si mantiene un ritmo de crecimiento medio o alto. Aunque hoy aún existe disponibilidad, ya se observan señales preocupantes y como país debemos mantener la misma holgura (generación vs. consumo) que hoy tenemos a fin de poder seguir con un plan de desarrollo industrial.
DECISIONES OPORTUNAS –¿Cuáles son algunas de las aristas más importantes que deben ser tenidas en cuenta? –La toma de decisiones oportunas en materia de inversión en generación, transmisión y distribución. Asimismo, el establecimiento de tarifas que no se correspondan con costos reales podría poner en riesgo el crecimiento industrial del país, la atracción de inversiones tanto de la industria manufacturera como de la de consumo intensivo y la estabilidad del suministro. Por eso, desde la UIP instamos a una acción coordinada entre Estado, sector privado y sociedad civil para anticipar acciones concretas en materia de inversión y tarifa que, de no abordarse, podría convertirse en un obstáculo estructural para el crecimiento industrial del país.
–¿Existe un plan estratégico de desarrollo industrial que coordine obras y/o acciones con el Estado? –En los últimos años se han dado pasos importantes, pero aún no existe un plan estratégico integral suficientemente articulado entre el desarrollo industrial y las inversiones energéticas. Desde la UIP promovemos la elaboración de un plan maestro de generación eléctrica que contemple las necesidades de la industria y coordine acciones con instituciones clave como Ande, Itaipú, Yacyretá y el Ministerio de Industria y Comercio. También hemos propuesto la creación de una mesa técnica permanente de generación, así como la instalación de una autoridad regulatoria independiente para garantizar previsibilidad y gobernanza en el sector energético. Lo que se necesita ahora es voluntad política y coordinación interinstitucional para avanzar hacia un modelo que priorice las inversiones con impacto industrial, el empleo calificado y la sostenibilidad energética.
SEGURIDAD ENERGÉTICA –¿Les parece que la producción alternativa de energía, ya sea solar, eólica, etc., es factible para el desarrollo de emprendimientos del sector privado en el país? –Sí, es factible y deseable. La diversificación de la matriz energética es clave para la seguridad energética del país. Existen múltiples oportunidades para el sector privado en áreas como la solar fotovoltaica, que es especialmente viable en el Chaco, con su alta radiación solar y disponibilidad de terreno; pequeñas centrales hidroeléctricas (PCH): Paraguay ha identificado al menos 22 sitios técnicamente viables; bioenegía: mediante el aprovechamiento de residuos forestales, agroindustriales y caña de azúcar; térmica a gas natural: ya sea con materia prima importada o a futuro con el gas del Chaco paraguayo que se encuentra en fase de prospección; energía nuclear modular (SMR): a mediano-largo plazo.
–¿Qué faltaría para llevar adelante estas iniciativas? –Para que estas alternativas se concreten se requiere un marco regulatorio moderno, previsibilidad tarifaria e incentivos claros para la inversión privada. Por eso, desde la UIP impulsamos propuestas como un banco de proyectos energéticos multitecnología para facilitar la evaluación y priorización de inversiones por parte del sector privado nacional e internacional.
–Hoy el costo de energía es una variable en disputa entre las principales potencias industriales del mundo. ¿Qué capacidades y potencialidades tiene el país en ese marco? –Paraguay tiene una ventaja comparativa extraordinaria: acceso a energía limpia e hidroeléctrica a bajo costo. Sin embargo, esta ventaja debe ser protegida y potenciada, no asumida como garantizada. En el contexto internacional, el bajo costo energético ha sido un factor clave de competitividad, pero si no se asegura su sostenibilidad, puede convertirse en una debilidad. Para aprovechar plenamente nuestro potencial energético, Paraguay necesita tomar varias medidas. Entre estas se podría mencionar que debe asegurar su cuota de energía de Itaipú (75.170 GWh anuales) y garantizar que Brasil respete el manejo de caudales aguas arriba; invertir en nueva generación energética, diversificando fuentes; instalar un conversor de frecuencia que permita usar mayor parte de la energía de Itaipú en el sistema paraguayo cuando el Brasil no la requiera; diseñar contratos de largo plazo para industrias electrointensivas, fomentando inversiones en aluminio, fertilizantes, celulosa, hidrógeno verde, etc. El mundo compite por energía firme, limpia y barata. Paraguay puede ofrecerla, pero debe tomar decisiones ahora. Si se avanza con visión estratégica, el país tiene condiciones de convertirse en un hub energético regional competitivo y confiable.
Fuente: La Nacion
