La Secretaría de Energía de México (Sener) presentó el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PROSENER) 2025-2030, que establece la planeación energética vinculante del país. Aunque el programa incluye algunas medidas para impulsar la generación de energía limpia, la realidad muestra que México todavía está lejos de alcanzar sus objetivos de transición energética y reducción de emisiones.
Contexto de la matriz energética Al inicio de la administración pasada, la producción de energía en México estaba dominada por combustibles fósiles, que representaban el 83% del total, principalmente petróleo (63%) y gas natural (20%). Esta estructura se mantuvo prácticamente igual al finalizar ese periodo, con un 82% de energéticos fósiles en 2025. Esto evidencia que, pese a ciertos avances, la transición hacia energías renovables aún enfrenta importantes desafíos.

Actualmente, la participación de fuentes limpias en la producción de energía alcanza apenas el 16%, mientras que los combustibles fósiles siguen siendo la base de la generación eléctrica nacional. Impulso a energías renovables y almacenamiento El PROSENER establece metas para aumentar la generación eléctrica a partir de fuentes limpias, principalmente solar y eólica, buscando que para 2030 entre el 38% y el 45% de la electricidad provenga de energías renovables. Para ello, la CFE planea inversiones significativas en nuevas centrales eólicas y fotovoltaicas, sumando 2,850 MW en eólica y 5,393 MW en solar, además de 150 MW en termosolar. También se contempla la instalación de 2,216 MW en bancos de baterías para almacenamiento, con el objetivo de garantizar confiabilidad frente a la intermitencia de estas fuentes.

Estas medidas reflejan un esfuerzo por avanzar hacia una producción energética más limpia, pero todavía representan un desafío frente al predominio histórico de los combustibles fósiles. El programa también plantea la incorporación de tecnologías innovadoras, como almacenamiento hidroeléctrico por rebombeo, sistemas de almacenamiento térmico acoplados a plantas termosolares y la primera celda de combustible para generación con hidrógeno verde en México.

El papel dominante del Estado en el sector eléctrico El PROSENER refuerza el papel del Estado en el sector eléctrico, consolidando la planeación energética vinculante a través de la SENER, CFE, CENACE y CENAGAS. El objetivo es mantener al menos el 54% de la generación eléctrica bajo control estatal, mientras se garantiza la integración de empresas privadas de manera regulada.

Además, el programa busca fortalecer la autosuficiencia energética mediante la producción nacional de gas natural y petróleo. El consumo y la producción de energéticos fósiles siguen siendo predominantes, lo que limita la velocidad de la transición hacia energías limpias.

El plan programa incluye como objetivo principal mantener e incrementar la producción de petróleo cercana a 1.8 millones de barriles diarios (MMbd), con la finalidad de garantizar el abasto de derivados, reducir importaciones y promover un manejo sustentable del recurso.

En cuanto al gas natural, México enfrenta una paradoja energética crítica: siendo un país productor de hidrocarburos, depende de las importaciones de gas natural seco de un solo país para cubrir sus necesidades básicas. Esta vulnerabilidad estratégica es particularmente preocupante cuando el gas representa alrededor del 65% de los combustibles para generación eléctrica.

Ante este escenario, el PROSENER plantea incrementar la producción nacional a 5 mil millones de pies cúbicos diarios mediante proyectos de recuperación sustentable, buscando reducir la dependencia externa en un 20%. Esta medida forma parte de la estrategia de soberanía energética del programa, alineada con la meta de garantizar suministro interno y estabilidad del sector eléctrico.

Justicia energética y electrificación El PROSENER incluye un enfoque de justicia energética, destinado a reducir desigualdades históricas en el acceso a energía confiable y limpia. Se contemplan programas de electrificación con energías renovables, como los “Techos Solares para el Bienestar”, beneficiando principalmente a comunidades indígenas, afromexicanas y mujeres, que históricamente han sido más vulnerables a la pobreza energética.

Fuente: Review Energy