Argentina se destaca como un actor creciente en producción de petróleo y minerales estratégicos, pero enfrenta el reto de alinear ese crecimiento con una transición energética sustentable. En un mundo que avanza a distintas velocidades, el desafío será definir qué rol quiere ocupar: ¿proveedor de fósiles o líder en energías limpias?
El país se posicionó como el país con mayor crecimiento en producción petrolera de la región en los últimos diez años, según el 74° Informe Estadístico Anual de la Energía Mundial, elaborado por el Instituto de Energía (IE), KPMG y la consultora Kearney.
En 2024, la producción nacional de crudo creció 13,3%, destacándose como uno de los pocos países con expansión sostenida en un contexto de transición energética global desordenada. El informe, que analiza tendencias en producción, consumo y emisiones a nivel mundial, refleja también un aumento del 109% en la producción de minerales clave como el litio, donde Argentina es protagonista. Sin embargo, el escenario energético nacional muestra claroscuros: mientras se incrementa la capacidad exportadora, el consumo interno de petróleo cayó un 9% y las emisiones de CO₂ aumentaron un 5,8% interanual.
"Vaca Muerta sigue siendo el motor del crecimiento energético argentino", indica el informe, que destaca la mejora en productividad y el interés sostenido de inversiones. A pesar de ello, la caída en el consumo doméstico de petróleo genera dudas: ¿eficiencia energética, sustitución por otras fuentes o efecto de la desaceleración económica?
En cuanto al gas natural, Argentina exportó 1.2 bcm por gasoducto, principalmente a países limítrofes, y podría ampliar su oferta si avanza en infraestructura. En energías renovables, el país mantiene su apuesta a la expansión eólica y solar, aunque sin cifras destacadas en esta edición del informe.
Actualmente el 51% del total de la producción de crudo del país corresponde al shale oil. Mientras se incrementa la capacidad exportadora, el consumo interno de petróleo cayó un 9% y las emisiones de CO₂ aumentaron un 5,8% interanual.
Un mundo a dos velocidades
A nivel global, el informe revela una transición energética asimétrica y fragmentada. Las energías renovables crecieron nueve veces más rápido que la demanda total, pero los combustibles fósiles aún representan el 87% de la matriz energética global. La electrificación avanza, pero las emisiones de carbono también: +1% en 2024.
China lidera en ambos extremos: es el mayor emisor de CO₂, pero también el país con más inversiones en renovables. Mientras tanto, Europa desacelera sus proyectos verdes por factores económicos, y Estados Unidos enfrenta un horizonte incierto por la reducción de subsidios.
Según Wafa Jafr, directora global de KPMG en Energía, "el sistema energético global avanza en direcciones opuestas. Se electrifica rápidamente, pero sigue expandiendo los combustibles fósiles. Escala renovables, pero no cumple objetivos climáticos. Innova en algunas regiones, mientras se estanca en otras". "Vaca Muerta sigue siendo el motor del crecimiento energético argentino", indica el informe
Claves del informe
La producción global de petróleo llegó a 96.9 Mbbl/d, con EE.UU. liderando (20.1 Mbbl/d). El consumo mundial de petróleo subió un 0.8%, aunque China redujo su demanda por el auge de los vehículos eléctricos.
La generación eléctrica creció un 2.6% y la solar y eólica un 16%, con China instalando el 57% de la nueva capacidad renovable mundial. La producción global de litio creció un 16%, con Argentina al frente a nivel regional. Las renovables representan aún solo el 8% de la demanda energética total.
Fuente: El Economista