Argentina apuesta por la energía nuclear con una obra clave en Atucha I. ¿Puede esta fuente limpia redefinir el futuro energético del país?
En un paso simbólico pero también profundamente estratégico, las autoridades del sector energético y científico del país visitaron la central nuclear de Atucha, donde fueron testigos del avance en la extensión de vida útil de Atucha I y del potencial transformador de la energía nuclear para el futuro energético de la Argentina.

La comitiva estuvo integrada por figuras clave del Gobierno: el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González; la secretaria de Energía, María Carmen Tettamanti; el secretario de Ciencia y Tecnología, Darío Genua y el presidente de ARSAT, Mariano Greco.

Fueron recibidos por el presidente del Consejo Nuclear Argentino, Demian Reidel, quien ofició de guía en una recorrida cargada de simbolismo y datos técnicos.

Una obra estratégica para el siglo XXI

El proyecto de extensión de vida de Atucha I permitirá seguir generando energía nuclear segura y eficiente durante al menos 20 años más. Es una obra de gran escala que pone a la Argentina en la senda de los países que, ante la transición energética global, apuestan por la continuidad y expansión de la energía atómica como fuente limpia y estable.

Durante la visita, Reidel explicó con pasión y contundencia el valor de la energía nuclear: "Es la más limpia y la más segura", remarcó. "Ante los desafíos energéticos que afronta el mundo, esta tecnología representa una solución escalable, constante y con bajo impacto ambiental".

Tecnología de vanguardia: el simulador de Atucha II Uno de los momentos destacados fue la visita al simulador de reactor de Atucha II, una réplica exacta de la sala de control real. Allí, los operadores entrenan en condiciones idénticas a las de la operación cotidiana, incluyendo la simulación de fallas y escenarios extremos. La tecnología de entrenamiento es esencial para garantizar la seguridad y la eficiencia en la operación de las centrales nucleares. La energía de las estrellas, al servicio de la vida En un pasaje cargado de poesía científica, Reidel compartió una imagen impactante desde el corazón del edificio de contención de Atucha II:

"Frente a mí, 60 cm de vidrio plomado y 1 metro de hormigón. Del otro lado, el núcleo vivo de Atucha II. Ahí arde uranio forjado en supernovas poco después del Big Bang: materia más antigua que la Tierra misma", escribió el economista y físico, con pasado en Wall Street. Ese mismo poder, que alguna vez fue el símbolo del temor atómico, hoy es resignificado como fuente de esperanza: "Hoy hemos logrado dominar esa energía primordial, convirtiéndola en energía limpia y estable. Es el espíritu de nuestra especie: tomar el poder de las estrellas y ponerlo al servicio de la vida".

Una apuesta de país

Con convicción, Reidel cerró su serie de intervenciones repitiendo una consigna clara: "El futuro es nuclear. Argentina tiene todo para aprovechar esta revolución energética".

En tiempos de transición, incertidumbre y búsqueda de alternativas energéticas globales, Argentina parece haber encontrado una respuesta en su propio territorio, con tecnología propia y una visión ambiciosa.

Fuente: El Economista