La jornada está despejada y pronostican un día caluroso. Lo último es como una tortura para Carmen, que hace dos semanas y media espera, en la carretera, poder conseguir unos 1.500 litros de diésel para hacer frente a las labores de zafra.
Para no perder su turno tuvo que improvisar varias chatas, que por las noches usa para dormir. La incomodidad, el frio y el calor son la constante para esta productora de Saavedra que ve con temor cómo la caña que tiene en su chaco sigue sin poder ser cortada y transportada a los ingenios de la zona debido a que su maquinaria no tiene diésel.
Carmen es una de los cientos de productores y transportistas que desde hace más de 14 días de forma paciente y estoica esperan que llegar a las bombas del surtidor de Saavedra y abastecerse con combustible.
Fuente: El Deber
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