Tras renegociar con la empresa Fenirol SA, el directorio de UTE votó por unanimidad la extensión del contrato con uno de sus proveedores de energía renovable. La ampliación, que la empresa pública había resuelto dejar sin efecto a partir del 5 de julio, tuvo algunas variaciones con respecto a lo acordado originalmente días antes del cambio de gobierno.
Mientras que a fines de febrero, aún durante la administración de Luis Lacalle Pou, se había resuelto una extensión del contrato con Fenirol SA por un período de 12 años y por un monto de US$ 97,8 millones, el nuevo acuerdo alcanzado con la empresa generadora de energía eléctrica por biomasa a partir de madera (residuos forestales) y cáscara de arroz será por un período más corto.
En lugar de por 149 meses, la nueva extensión será por un plazo de 96 meses, es decir ocho años. Esto significará para UTE, según informó su gerencia al directorio de la empresa, un pago de US$ 35 millones (IVA incluido) menos al privado por la compra de la energía renovable producida que se explica principalmente por la reducción del período del contrato.
Otro punto que destacaron a El País desde la empresa pública es que hubo una baja en el precio que se abonará por la energía que suministre la firma, que está ubicada en el departamento de Tacuarembó.
Tras caída de contrato millonario, empresas dicen que “UTE hizo un muy buen negocio” con los privados En la nueva ampliación del acuerdo firmado se estableció que el costo por megavatio sea de US$ 87,4 frente a los US$ 108,9 que estaba establecido en el nuevo contrato que se decidió no extender. Una rebaja del 17%, destacaron fuentes de UTE.
El decreto 216/024 exhorta a UTE a ampliar “los contratos de compraventa de energía eléctrica a centrales generadoras que produzcan a partir de biomasa”.
“La generación de energía eléctrica a partir de biomasa puede contribuir al desarrollo tecnológico, industrial y de servicios nacionales asociados, consolidando además ciertas cadenas productivas y aporta adicionalmente a la mitigación de impactos ambientales a nivel local y global a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, señala la normativa.
Ante la negativa inicial de ampliar el contrato con Fenirol SA, hubo voces desde la oposición y también desde el sector empresarial que advirtieron sobre los posibles impactos ambientales y sociales que podría tener en caso de que el acuerdo cayera y la empresa tuviese que haber cerrado sus puertas.
El director por el Partido Nacional en UTE, Darío Castiglioni, había advertido que en caso de no renovarse el acuerdo no solo impactaría sobre las fuentes laborales del departamento, sino que también tendría un efecto negativa en el procesamiento de los residuos forestales de los aserradores de la zona.
Fuente: El Pais