En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), el contrato de petróleo WTI para agosto cerró con una baja del 7,22% (US$ 5,33), a 68,51 dólares por barril. El Brent para septiembre, cotizado en el Intercontinental Exchange (ICE), cayó un 6,67% (US$ 4,96), a 70,52 dólares por barril. El precio del barril cayó a pesar del ataque de Irán contra objetivos militares estadounidenses en Qatar e Irak. Irán disparó 11 misiles, la misma cantidad lanzada por Estados Unidos en ataques contra instalaciones nucleares iraníes durante el fin de semana. Los ataques no dejaron víctimas, e Irán advirtió a las autoridades cataríes antes de disparar los misiles, minimizando el número de víctimas.
Según los analistas, la represalia iraní se limitó a objetivos militares, sin impacto en la producción y el flujo de petróleo, como el cierre del Estrecho de Ormuz. "Los flujos de petróleo, por ahora, no son el objetivo principal y probablemente no se verán afectados; creo que será una represalia militar contra bases estadounidenses o un intento de atacar más objetivos civiles israelíes", declaró John Kilduff, socio de Again Capital.
El mercado petrolero interpreta el ataque como una señal de que la capacidad de respuesta de Irán es ineficaz y de que el país no está retirando el petróleo del mercado, afirma Robert Yawger, de Mizuho. Yawger minimiza la preocupación de que Irán pueda cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa una quinta parte del petróleo mundial.
"No creo que eso vaya a suceder. En cualquier caso, sería un error garrafal; tienen dos clientes importantes, India y China, y si cerraran el estrecho, bloquearían sus exportaciones a sus dos únicos clientes", afirma Yawger. Bruno Cordeiro, analista de inteligencia de mercado de StoneX, coincide en la misma opinión sobre el creciente escepticismo entre los inversores respecto a la capacidad de Irán para tomar medidas que tengan un mayor impacto en el mercado global.
"A lo largo del día, observamos una disminución significativa de las ganancias, hasta que el petróleo comenzó a cotizar en negativo. Esto se debió al creciente escepticismo entre los inversores respecto a la capacidad real de Irán para cerrar el estrecho", afirma. El experto atribuye el escepticismo de los inversores a la incapacidad militar de Irán para cerrar el estrecho de Ormuz y a la comprensión de que la medida comprometería la propia economía iraní.
"Hasta ahora, los inversores creen que Irán es incapaz de llevar a cabo tal medida, militarmente hablando", afirma.
Fuente: CNN Brasil