El BID ha otorgado una garantía soberana por $77 millones, la primera dentro de una línea de crédito mayor de $140 millones destinada a proyectos de inversión en Ecuador. Esta herramienta busca reducir el riesgo país y, con ello, atraer capital privado para diversificar la matriz energética de Ecuador, históricamente dependiente de la hidroeléctrica, una fuente cada vez más vulnerable al cambio climático.
Se estima que los proyectos beneficiados movilizarán aproximadamente $1.000 millones en inversión privada. Todos fueron seleccionados mediante licitación pública por el Ministerio de Energía y Minas y están alineados con el Plan Maestro de Electricidad, que establece las prioridades de inversión del sector. Además del respaldo financiero, el BID destinará $3 millones en cooperación técnica reembolsable para fortalecer a los organismos reguladores, en especial a la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (ARCONEL).
Este apoyo permitirá mejorar la gestión de licencias y la supervisión ambiental y social de los nuevos proyectos, garantizando que su desarrollo sea sostenible a largo plazo. Las garantías están denominadas en dólares y tienen un plazo de hasta 25 años. El préstamo asociado incluye un período de gracia de 5,5 años.
Imagen relacionada Economía La energía solar es algo nuevo para el ecuatoriano, pero puede ser una solución en medio de la crisis eléctrica ¿Qué es una garantía soberana y por qué incentiva la inversión? Una garantía soberana es un compromiso formal del Estado para respaldar el pago de un préstamo solicitado por un tercero —como una empresa privada o un municipio— ante organismos multilaterales como el BID o el Banco Mundial.
En la práctica, esto significa que el Gobierno actúa como avalista: si el beneficiario del préstamo no cumple con sus obligaciones de pago, el Estado asume la responsabilidad de saldar esa deuda.
Esta figura se utiliza para reducir el riesgo financiero que perciben los inversionistas o prestamistas al operar en un país, lo que se conoce como “riesgo país”. Al contar con la garantía de que el Estado responderá en caso de incumplimiento, los bancos o fondos prestan con más confianza, a tasas de interés más bajas y con mejores condiciones.
En el caso de Ecuador, por ejemplo, si una empresa que desarrolla un parque solar entra en dificultades y no puede pagar el préstamo obtenido con respaldo del BID, el Estado ecuatoriano deberá pagar esa deuda en su lugar. Esta cobertura le da tranquilidad a los financiadores y permite movilizar recursos del sector privado para proyectos que de otro modo serían considerados muy riesgosos.
Este mecanismo no significa que el Estado entregue dinero directamente a las empresas desde un inicio, sino que pone su nombre como respaldo, algo que tiene un gran peso en el mundo financiero internacional. Por eso, los gobiernos suelen utilizar las garantías soberanas con cautela y solo en proyectos estratégicos o de alto impacto, como infraestructura energética, transporte o salud.
Fuente: La Hora