Vaca Muerta, la segunda reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta de petróleo, es fundamental para que Argentina reduzca sus costosas importaciones y refuerce su economía.
La producción de petróleo aumentó un 26% interanual en marzo, hasta superar los 447.000 barriles diarios, según las estimaciones de Rystad. Las nuevas perforaciones aumentaron sólo marginalmente, según Rystad, en parte debido a que los oleoductos existentes eran incapaces de transportar más volumen, una limitación que se espera que disminuya con la ampliación de los oleoductos en abril. La producción de gas seco (gas natural compuesto principalmente de metano una vez eliminados los líquidos más pesados y el agua) aumentó en el primer trimestre a 2100 millones de pies cúbicos diarios, un 16% más que hace un año. "El gas está acaparando la atención", afirmó Radhika Bansal, de Rystad Energy, señalando que Argentina "pronto podría convertirse en un actor fundamental en el suministro mundial de gas". La floreciente producción es clave para el plan de Argentina de satisfacer la demanda de GNL en el extranjero, dijo Rystad.
Entre las iniciativas en curso figura el proyecto Southern Energy LNG, que prevé dos buques flotantes de GNL con una capacidad combinada de 6 millones de toneladas métricas al año, cuya primera producción está prevista para finales de 2027. La empresa estatal YPF también está avanzando en proyectos de mayor envergadura con sus socios Shell y Eni, y Rystad prevé que alcancen su plena capacidad a finales de la década de 2030. La empresa energética noruega Equinor también ha dado marcha atrás en su decisión anterior de abandonar Vaca Muerta, alegando la mejora de las infraestructuras y la viabilidad de las exportaciones lo que, según Rystad, indica una renovada confianza de los inversores en la zona.
Según Rystad, Vaca Muerta está atrayendo importantes inversiones y añadió que, en el primer trimestre, las operaciones de fusión y adquisición en la formación representaron el 43% de todas las transacciones de exploración y producción de petróleo y gas en América Latina.
Fuente: La Nación