Afirma que la brecha en la metodología causa pérdidas estimadas en hasta R$15 mil millones anuales para las arcas públicas.
El MME propone revisar las tarifas que se aplican a la producción de grandes yacimientos (participaciones especiales), siguiendo una recomendación del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU). Mientras tanto, el gobierno federal exige a la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) que revise los precios de referencia, establecidos para 2022, con base en un decreto de Jair Bolsonaro (PL). Las iniciativas se incluyeron en un paquete de impuestos al petróleo presentado por el MME.
Según Refina Brasil, que agrupa a empresas responsables del 20% de la capacidad de refinación del país, la fórmula actual ha generado una discrepancia promedio del 5% entre los precios de referencia y el valor real de mercado del petróleo. Esta diferencia, según la carta, tiene un impacto directo en la recaudación de regalías y participaciones especiales, con pérdidas que superan los R$5 mil millones este año.
Si se considera también el efecto en la recaudación del Impuesto sobre la Renta de las Empresas (IRPJ) y la Contribución Social sobre la Renta Neta (CSLL), la pérdida asciende a R$15 mil millones. El debate ha generado una reacción negativa por parte de las petroleras, que buscan evitar el aumento de gastos con el pago de regalías.
Las refinerías privadas argumentan que la distorsión hace que sea más ventajoso exportar petróleo que venderlo en el mercado nacional. Es decir, dado que el precio de referencia también se utiliza como base imponible para las exportaciones, la brecha incentiva los envíos al exterior, lo que genera una pérdida de competitividad en el suministro de petróleo para la refinación nacional, argumenta Refina Brasil. Según el sector, esta diferencia obliga a las refinerías privadas a importar petróleo, lo que encarece el combustible en el país.
Bolsonaro intentó revertir la brecha del precio de referencia en 2022. La revisión comenzó en 2022 en la ANP, tras la incorporación de un decreto del expresidente Jair Bolsonaro que adelantó un plazo previamente extendido por Michel Temer (MDB). Ahora, tras dos propuestas, la agencia prevé su finalización en julio. La propuesta más reciente, según la evaluación de Refina Brasil, no resuelve la distorsión estructural. Además de proponer un período de transición de 18 meses, la ANP está incorporando el valor de los combustibles marinos en la metodología, que las refinerías privadas consideran insuficiente.
El Ministerio de Minas y Energía (MME) pretende emitir un decreto para revisar el límite de las tasas de participación especiales, un cargo adicional a las regalías para los yacimientos de alta producción bajo el régimen de concesión. El ministro Alexandre Silveira se reunió con representantes de la agencia en Brasilia para defender el paquete. La medida, anunciada por el ministro el martes (6/3), cumple con una recomendación del TCU de 2021, ignorada por el gobierno anterior, pero ahora respaldada por la administración de Lula, que considera el cargo obsoleto.
El paquete, articulado por Alexandre Silveira, prevé una recaudación adicional de R$4 mil millones en 2025 y R$9 mil millones en 2026. Para 2024, el MME estima un potencial de R$20 mil millones, incluyendo la subasta de las acciones de la Unión en la capa presal y otras medidas. El paquete responde a la crisis generada por la propuesta del Tesoro de aumentar el IOF, que obligó a congelar R$30 mil millones del presupuesto, incluyendo enmiendas parlamentarias.
El ajuste en las participaciones especiales afectará especialmente al campo Tupi, en la capa presal de la Cuenca de Santos, operado por Petrobras, que produjo 780 mil barriles por día en marzo. El campo compite con Búzios, también propiedad de Petrobras, como el más grande del país, pero este último está contratado bajo un régimen de compartición, que lo exime del pago de la tasa. Haddad también declaró el martes (6/3) que buena parte de las estimaciones del MME ya se han considerado en las proyecciones fiscales del Tesoro y que el paquete no modifica las propuestas que se presentarán en respuesta a la crisis del IOF.
Silveira afirmó, en otro evento, que existe armonía entre los ministerios: «Las negociaciones llevadas a cabo por el ministro Haddad, del IOF, continúan en paralelo, buscando una alternativa para que podamos reajustar el presupuesto. Pero estos R$ 35 mil millones podrán minimizar los impactos».
Fuente: Axis