Asimismo, entregó su percepción sobre definiciones regulatorias, las cuales impactan al fomento de nuevas inversiones. Con más de un 70% de la matriz proveniente de fuentes renovables y una cartera creciente de proyectos de almacenamiento, el sector eléctrico enfrenta un 2025 decisivo para consolidar la transición energética, pero también para asegurar estabilidad normativa, eficiencia en permisos y protección a los contratos como base del sistema de inversión, así lo dejó ver el ejecutivo en Revista Electricidad.
Uno de los hechos que marcó el inicio del año fue el apagón del 25 de febrero. ¿Qué evaluación realizan desde Generadoras de Chile sobre lo ocurrido y cuál fue el rol de las empresas generadoras? Desde el primer momento estuvimos monitoreando el evento y en permanente contacto con nuestras empresas asociadas. Lo primero que es clave aclarar, es que la falla ocurrió en el sistema de transmisión, no en generación. Las centrales estaban operativas, disponibles y preparadas para inyectar energía al sistema. Sin embargo, el Sistema Eléctrico Nacional funciona bajo reglas claras: ninguna empresa puede entrar por sí sola, debe recibir la instrucción del Coordinador Eléctrico Nacional, que es quien tiene la visión general del sistema y dirige la recuperación.
Las empresas notificaron su disponibilidad apenas fue posible, y cuando el Coordinador habilitó las condiciones técnicas —lo que podríamos llamar la “puerta” para reingresar energía—, todas respondieron. Eso demuestra que las centrales cumplieron su rol y actuaron responsablemente.
Además, creemos que este evento debe ser analizado en profundidad, no solo por los informes internos, sino también por un tercero independiente, con experiencia internacional, que pueda revisar la propagación de la falla y los protocolos de recuperación. El objetivo no es buscar culpables, sino aprender, fortalecer el sistema y asegurar que, en futuros eventos, la respuesta sea aún más eficiente.
Transitando a uno de los retos que enfrenta la industria, el almacenamiento de energía aparece como uno de los pilares más importantes para enfrentar los desafíos de la transición energética, ¿cierto?, ¿cómo evalúan desde el gremio el avance en esta materia? El almacenamiento ya no es un tema del futuro: es una realidad en desarrollo. Actualmente, tenemos 3.400 MW en distintas fases, lo que para un país como Chile es un volumen significativo. Esta capacidad permitirá optimizar el uso de energías renovables variables como el sol y el viento, que por su naturaleza no siempre coinciden con los horarios de mayor demanda. Pero su aporte va más allá de eso. El almacenamiento entrega flexibilidad al sistema, permite desplazar energía limpia a horarios punta y fortalece la seguridad operativa ante contingencias.
Ahora bien, el avance no ha estado exento de desafíos. Uno de los principales es normativo. Las reglas para operar sistemas de almacenamiento, y en particular las condiciones de costo-oportunidad bajo las cuales el Coordinador podrá despacharlos, aún requieren claridad.
Fuente: EI