Nuevo desplome en la actividad petrolera de EE. UU. por costos y la presión de Arabia Saudita y la OPEP+ en un contexto de incertidumbre económica
La semana pasada, las plataformas activas de perforación de pozos petroleros en Estados Unidos, cayeron a 474, según el reporte de Baker Hughes. Este es el dato más bajo registrado desde enero de este año, perdiéndose la insignificante recuperación que se alcanzó en abril, cuando llegó al máximo de un año, de 489 plataformas activas. Esta nueva caída confirma la tendencia bajista iniciada en diciembre de 2022, cuando había 627. Se está muy lejos de aquel boom de octubre de 2014, cuando se alcanzó un máximo histórico de 1.610.

La razón principal son los costos. Los perforadores estadounidenses ya advirtieron que están en el pico de producción de petróleo de esquistos. Un reciente reporte de la firma estadounidense de esquisto, Diamonback Energy, señaló que el número de personal de la técnica de fracturación, se redujo en 20% desde enero y se espera que el número de plataformas caiga otro 10%.

Por otra parte, la consultora energética Enverus, reportó la caída de la actividad de perforación en Texas. Las solicitudes de permisos de petróleo y gas en ese estado, cayeron a su nivel más bajo desde febrero de 2021 el pasado mes de abril. Se registra una caída intermensual de 30% hasta 570 solicitudes, mientras que en el primer trimestre de este año, las solicitudes mensuales eran de 800.

También se conoce sobre el cierre de la refinería Phillips 66 debido a regulaciones estatales por el almacenamiento de gasolina. Además, el cierre de la planta Valero en Benicia. Apuntando a una escasez de gasolina en California de unos 250.000 barriles diarios.

Un asunto de costos El precio del petróleo por debajo de 60 dólares resta rentabilidad a los perforadores estadounidenses. A pesar de la política favorable del presidente Donald Trump, para el sector energético y su lema, “perforar, perforar, perforar”, la situación no está ocurriendo según los planes.

A ello se debe sumar que Arabia Saudita se lanzó a recuperar cuotas de mercado frente a la OPEP+. Los sauditas apuestan por precios más bajos, en vista de que su rentabilidad es más alta que la de los productores estadounidenses. La OPEP+, donde Rusia tiene influencia, también está aumentando el bombeo de crudo y para junio se espera un incremento de 411 mil barriles diarios. Esto seguramente impactará aún más el precio del petróleo, en el marco de las turbulencias económicas derivadas de la política de aranceles de Estados Unidos, que conducen a inflación alta y con ello a estancamiento, según lo estima la Reserva Federal. Aunque en el inicio de la semana, tras la reducción de aranceles entre China y Estados Unidos, el precio del barril se recuperó a 62,57 dólares y marcó un soporte de doble piso en 58 dólares.

El dilema en la Casa Blanca Trump comenzó su gobierno eliminando restricciones ambientales para que la explotación de petróleo aumentara. El incremento de la oferta petrolera, junto a una política de tasas de interés alta por parte de la FED, conduce a una caída del precio. Para el gobierno norteamericano es necesario un barril de petróleo a muy bajo precio, para evitar rebrotes de inflación vía energética. Pero esto último amenaza la producción petrolera estadounidense por razones de costos y quienes están sacando provecho son los sauditas y los rusos, que ahora están en una guerra de barriles. Hasta ahora, el banco central se niega a recortar las tasas de interés, que en teoría ayudaría a que los precios volvieran a subir.

En este punto, la Casa Blanca llega a un dilema. Si aumenta la producción petrolera y los precios caen, tendrá que depender la producción petrolera extranjera. De la OPEP+ específicamente, y mantener acuerdos con Rusia, aunque no sean públicos. Si quiere favorecer la producción estadounidense, entonces debe aceptar precios altos e inflación persistente, lo que trae como consecuencias tasas de interés altas. Y esto último no le sirve para el vencimiento de deuda que en 2025 es enorme.

El juego del petróleo venezolano Mientras tanto, el gobierno norteamericano, mantiene sanciones sobre Venezuela, donde los costos operativos son muy bajos. Mientras un obrero perforador en los campos petroleros venezolanos podría estar ganando unos 1.000 dólares mensuales, en los campos del Pérmico, superan los 10.000 dólares al mes. China se posiciona en Venezuela en medio del abandono de Trump y pone en funcionamiento la refinería de Cardón, con capacidad para procesar 310.000 barriles diarios, que los asiáticos aprovecharán a precios con descuentos.

El movimiento de China en Venezuela es claro. Los chinos querrán ocupar el espacio que abandonaría Chevron si definitivamente sus operaciones en Venezuela cesan 100%. Caracas se mantuvo firme al respecto y no autorizó más envíos de crudo a Estados Unidos a través de la trasnacional por no poder hacer pagos. Washington no renovó la Licencia 8O, que permite a las empresas de servicio mantener sus operaciones en los campos venezolanos. Atrás quedan los acuerdos de Xi Jinping y Joe Biden, de noviembre de 2023, cuando, en medio de un proceso de desdolarización en Eurasia, sobre todo en las operaciones energéticas, Venezuela quedaba a disposición de mantener nexos petroleros con Estados Unidos. Sin embargo, es importante resaltar, que Chevron, todavía no ha desmantelado un tornillo de sus operaciones petroleras con Pdvsa, al contrario, ha llegado más personal de afuera.

Trump necesita tasas de interés bajas, para poder renegociar los vencimientos de deuda a bajo costo. Pero si apuesta por la producción petrolera norteamericana, que requiere precios altos, las tasas de interés difícilmente bajarán. Así que debe exponerse a los mercados energéticos extranjeros, donde los costos operativos y mano de obra son más baratos. Para Washington, el más excepcional es Venezuela, pero un sector del partido republicano, insiste en las sanciones, al apoyar a un sector de oposición que tiene esta solicitud como herramienta política. Queda preguntarse, si, en el tiempo, ese apoyo será sostenible y a qué costo.

Fuente: Finanzas