“La nueva ola de sanciones contra Venezuela representa mucho más que un gesto político: es una amenaza directa a los intereses estratégicos de Estados Unidos”, asegura Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, quien respaldó su planteamiento con los datos más recientes de la firma sobre el elevado porcentaje de venezolanos que desean migrar, ante el contexto económico de Venezuela y las sanciones de Estados Unidos. Sin embargo, para él “hay algo más preocupante” y es que “al cancelar las licencias petroleras, Estados Unidos expulsa a sus propias empresas del sector energético venezolano y deja el terreno libre para que China y Rusia avancen en el control del petróleo, el oro y los minerales críticos, a través de mercados sin supervisión internacional. Lo que se abandona bajo presión no desaparece, cambia de dueño”.
Para Dolores Dobarro, exviceministra de Energía y Minas, abogada y asesora en materia de energía, no es un tema de quiénes se benefician o no con la revocatoria de las licencias. “Lo veo como lo que es: un mercado de crudo. El crudo que no se vende al mercado de Estados Unidos necesariamente se venderá en otro que lo quiera comprar”. Y esto implica -según explicó- que “la colocación de nuestro crudo en mercados lejanos como el de Asia conlleva descuentos que resultan en una ganancia menor. Y si por encima añadimos los costos que se sumarían por las sanciones, tenemos un precio muy debilitado para nosotros, pero que evidentemente resulta menos y más atractivo para China, que comprará el crudo que requiera al mayor descuento posible. Es lo que procuran los compradores”.
Recordó que Malasia ha sido un comprador de crudo venezolano que “llamamos puente, pues entiendo que revendía a terceros, actuando prácticamente como un trader. Desconozco si lo seguirá haciendo en virtud de esta nueva carga arancelaria”, en referencia a los aranceles de 25% que Trump también impuso a naciones que compren petróleo y gas de Venezuela. Luis Oliveros, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Metropolitana, opina que las primeras beneficiadas con la revocatoria de las licencias serían las empresas que se dedican a comercializar en el mercado negro o en los mercados no formales el crudo venezolano. “Ellas son los que van a tener el negocio de tradear ese petróleo en este momento. En condiciones normales no tendrían acceso a ese petróleo”.
En segundo lugar, agregó, estaría China, pero principalmente serían las empresas privadas de ese país -el gobierno chino no es el que compra- las que se van a ver beneficiadas al adquirir petróleo con descuentos “bien grandes. Y el gran perjudicado es la economía venezolana porque deja de recibir muchísimo dinero. Entramos otra vez en esa dinámica de poca transparencia, de ventas en trasbordo, de ventas en mercados bien complicados”. Graciela Urdaneta, economista senior de Ecoanalítica, aseveró en el Foro Coyuntura que la firma realizó recientemente y que fue reseñado en el portal Bitácora Económica, que “las nuevas medidas como la revocatoria de las licencias y la imposición de aranceles de 25% por parte de Estados Unidos a países que compren petróleo venezolano implican descuentos que pueden llegar a 50%, mayor discrecionalidad y opacidad, acumulación de inventarios de crudo y problemas para la obtención de diluyentes”.
Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad Rice en Houston, durante su intervención en el foro aseveró que esta situación puede llevar a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) “a tener que otorgar un descuento mayor en las exportaciones al mercado negro hacia el continente asiático entre 25% y 45%, pero no queda claro si China va a darle la instrucción a las refinerías privadas de no comprar más crudo en Venezuela porque hubo un periodo o compás de espera, pero ahora pareciera que sí están comprando”. De hecho, expertos llevan tiempo alertando que revocar las licencias petroleras dejaría el camino libre a China y a otros rivales, entre ellos Rusia e Irán, de Estados Unidos para ampliar su influencia en la región y en la industria petrolera venezolana.
En el ensayo “Industria petrolera y desarrollo sostenible en Venezuela: retos y estrategias para el futuro”, publicado en el compendio “Sobre las sanciones en Venezuela”, de la Universidad Católica Andrés Bello,Cristina Tovar, presidenta de la Asociación Venezolana de los Hidrocarburos, y Juan Carlos Andrade, director la Cámara Petrolera Venezolana, se adelantaron a los efectos que tendría esa medida mucho ante de que fuera aprobada por Trump. Ambos expertos recalcaron que “eliminar, modificar, restringir las licencias” probablemente haría que Venezuela volviera a “los grandes descuentos en la comercialización de los productos, altísimos costos de flete, opacidad, mercados no tradicionales, incluyendo pasados esquemas de transacciones no lícitas, con las consecuencias sociales, políticas y económicas que todo ello genera”.
Ahora que las empresas petroleras tienen hasta el 27 de mayo para desmontar sus operaciones en Venezuela por orden de la OFAC, las alertas se encienden aún más ante el hecho de que China y otros mercados no tradicionales o negros volverían a recibir crudo venezolano con grandes descuentos y por canales no transparentes mediante el uso de la llamada “flota fantasma”. Hasta el momento, a pesar de las recientes sanciones y aranceles impuestos no solo a Venezuela, sino a tanqueros rusos y tanqueros “fantasmas” de distintas nacionalidades, el flujo petrolero no se ha detenido. Como han advertido expertos, esos buques solo cambian las rutas, apagan los radares, lo que hace imposible rastrearlos, y esto aumenta los costos para los productores de petróleo.
Prueba de ello es que, aunque las sanciones impuestas a tanqueros rusos llevan más de un año en vigencia, su efectividad ha sido nula. Un artículo de Hart Energy del 17 de marzo reporta que Rusia tiene más de 1.000 tanqueros en su flota “fantasma”. La visita de Delcy Rodríguez a China: más que un “gesto diplomático” La vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, hizo más que un “toque técnico” durante su reciente viaje a China. El 24 de abril, se reunió con el vicepresidente, Han Zheng, en Pekín, con el objetivo de dar seguimiento a los consensos alcanzados por ambos gobiernos y fortalecer los lazos de cooperación.
Han afirmó que la relación entre China y Venezuela ha avanzado bajo la guía de sus respectivos presidentes, y expresó el respaldo de su país al desarrollo de Venezuela conforme a sus circunstancias internas, informó la agencia estatal Xinhua. Elías Ferrer, fundador de Orinoco Research, en su artículo “Delcy Rodríguez in China: oil, technology, space exploration and geopolitics in times of sanctions”, publicado en el portal Guacamaya, resalta que la visita de Rodríguez se produce en un contexto global dominado por la competencia geopolítica entre Estados Unidos y China, por lo que no se trató de “un gesto diplomático más: representó una reafirmación del compromiso bilateral en un momento de renovada presión estadounidense”.
“Mientras Washington reimpone sanciones petroleras encaminadas a aislar al gobierno de Nicolás Maduro, Pekín mantiene su apoyo estratégico, evidenciando una apuesta por fortalecer su influencia en América Latina y el Caribe, consolidar su acceso a recursos energéticos a precios preferenciales y erosionar la hegemonía estadounidense en el hemisferio”, indica el experto. Recordó que durante la primera administración de Donald Trump, China –particularmente sus refinerías privadas conocidas como “teteras”- emergieron como uno de los principales compradores de crudo venezolano, beneficiándose de importantes descuentos que alcanzaron hasta 40 dólares por barril respecto al Brent. “A pesar de los riesgos vinculados al sistema financiero estadounidense, estas empresas mantuvieron sus compras, convirtiéndose en una vía de escape para Caracas ante las sanciones”.
En su artículo, Ferrer también destacó que en febrero de 2025 las exportaciones venezolanas a China alcanzaron los 500.000 barriles diarios, el mayor volumen desde junio de 2023, según datos de Reuters. Y agregó que este repunte se produce en paralelo a la reactivación de las sanciones por parte de Estados Unidos, que podrían volver a redirigir el flujo de crudo hacia Asia, alejándolo de Europa y América del Norte, como ya ocurrió antes de la emisión de licencias específicas por parte de la OFAC en 2022-2023. Para Jeremy Martin, vicepresidente de Energía y Sostenibilidad del Institute of the Americas, sigue habiendo una relación importante entre China y Venezuela en materia de petróleo. “Venezuela aún le debe a China varios miles de millones de dólares que se aseguraron con el petróleo”.
A su juicio, el cierre del mercado estadounidense a la producción venezolana “parece aumentar la oportunidad de que fluya más petróleo a China, ya sea por medios transparentes o ilícitos. La pregunta es si los aranceles secundarios que la administración Trump está tratando de implementar afectarán ese flujo comercial o si simplemente conducirán a más personas hacia el mercado negro”. Al respecto, Luis Oliveros y Dolores Dobarro coinciden en que los aranceles son una dificultad más para las ventas del crudo venezolano. “Muchos compradores preferirán sustituirlo sin pasar por el riesgo que implica esa amenaza. Pero, por otra parte, siempre han existido y existen esquemas que han permitido que las ventas no se registren de manera tradicional”, expresó Dobarro.
Según Oliveros, el arancel de 25% a quienes compren crudo venezolano y la amenaza de la OFAC de reimponer sanciones secundarias representan un desincentivo a las empresas y los países para comprarle petróleo a Venezuela. “Obviamente que esto no es un escenario nuevo para Venezuela, es un escenario más complicado, más problemas económicos para Venezuela, pero esta es una situación que ya vivió Venezuela y que ya conoce”. Al respecto, Francisco Rodríguez, economista y profesor de la Escuela Korbel de Estudios Internacionales en la Universidad de Denver, considera que la alta imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a China podría impulsar al país asiático a comprar mayor cantidad de petróleo venezolano.
En una emisora radial venezolana, señaló que en el contexto de una guerra comercial, en la cual la administración de Donald Trump impone altos porcentajes arancelarios a China, ese país ya ve un menor riesgo recibir retaliaciones comerciales o económicas por adquirir crudo venezolano. No obstante, para Jeremy Martin “aún hay mucha especulación sobre lo que sucederá dadas las extensiones otorgadas a algunos titulares de licencias para cerrar sus operaciones en Venezuela, y el alcance de los aranceles, así como la guerra comercial global más amplia en curso, y lo que significarán para el precio del crudo y, por lo tanto, para Maduro y la economía venezolana. Es una situación en evolución que aún es difícil de predecir completamente, especialmente si el objetivo es sacar del poder a Maduro”.
Una “bomba migratoria”, caída de la producción y menos ingresos Luis Vicente León también reveló en su cuenta en X que 75,9% de los venezolanos evalúa negativamente la situación del país –“amplificado por el ruido generado por las amenazas de sanciones”- y 44,7% ha considerado emigrar, aunque no haya concretado una acción inmediata. “Si la crisis se agrava, más de 10 millones de personas podrían verse impulsadas a abandonar el país. Obviamente, la mayoría no podría concretarlo, pero el desapego y la frustración es monumental”. De allí que advierta que esto “reactivaría una bomba migratoria que desestabilizaría no solo a Venezuela, sino a toda la región. En contraste, si la economía mejorara, solo 2,2% mantendría su intención de migrar, lo que demuestra cuán sensibles son estos flujos al entorno económico”.
De hecho, en su informe más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI), que tenía una proyección positiva para Venezuela, ahora prevé una contracción de 4% del producto interno bruto (PIB) para este año y de 5,5% en 2026, por la caída en la producción de crudo y la exportación petrolera. Parte importante del deterioro de las expectativas del organismo obedece a la reimplantación de sanciones, por parte de Estados Unidos, contra el sector hidrocarburos de Venezuela, cuya consecuencia más relevante es la salida forzada de transnacionales con operaciones en el país.
Ecoanalítica prevé una caída de PIB de 4,1%, del ingreso por exportaciones de 7,5% y una reducción en la producción de crudo por encima de 16%: pasaría de 900.000 barriles diarios que reportan fuentes secundarias a 750.000 barriles por día, según la información publicada en Bitácora Económica. En su Foro Coyuntura, la consultora pronosticó que las exportaciones, por efecto de la eliminación de licencias, bajarían de 750.000 barriles a cerca de 575.000 barriles por día y los ingresos petroleros estarían por el orden de 10.200 millones de dólares este año, lo que representa una caída de 33% con respecto a 2024.
“Si el objetivo es reducir la migración, contener a China, proteger el acceso energético y evitar la pulverización total de la oposición (venezolana), Estados Unidos necesita estrategia, no castigo. La política de máxima presión no ha sido una solución: ha sido el máximo error, y la mayoría abrumadora de los venezolanos, que la ha sufrido en carne propia, lo sabe perfectamente”, concluye Luis Vicente León en su mensaje publicado en X, el cual tituló “¿Máxima presión? Máximo riesgo”.
Fuente: Hispano Post