La mayor parte de ese volumen -alrededor de 40.000 barriles por día- se corresponde a aceites sin procesar mientras que los restantes 9.000 barriles-día es gasolina para motores, de acuerdo a los datos de la Oficina de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA), recogidos por Petroguía.
En dos años de flexibilización de sanciones, tras la emisión de la Licencia General Nº 41 de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC), se reactivaron las actividades de Chevron en Venezuela y la posibilidad de exportar crudo, pero también de importar desde los Estados Unidos- la recepción de productos refinados desde Norteamérica se quintuplicó, al pasar de un mínimo de 15.000 barriles diarios en enero de 2023 a niveles sobre los 80.000 barriles como se evidenció durante a principios 2024.
La mayor parte de estos diluyentes o aceites sin procesar se utilizan para el mejoramiento de los crudos pesados de la empresa mixta Petro Piar, una asociación entre Chevron en participación minoritaria con Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que tiene el control accionario. Uno de los retos que tendría Pdvsa a partir del próximo 3 de abril, cuando debería completarse el retiro de Chevron de sus operaciones en las sociedades con Pdvsa, es cómo conseguir ese diluyente.
Una nota de la agencia de noticias Reuters indica que la empresa venezolana con el fin de hacer frente a una posible escasez de diluyentes necesarios para sostener las operaciones de Petro Piar tendrá que reciclar una mayor porción de nafta importada mientras se concreta el suministro de insumos provenientes del Complejo de Paraguaná.
Fuente: Finanzas