Entre 2020 y 2024, la región produjo un promedio de 176.286 GWh/año de energía a partir de combustibles fósiles, que equivale al doble de la generación de la central Itaipú. En este mismo periodo, Paraguay exportó 24.103 GWh/año de energía hidroeléctrica a Brasil y Argentina (ver cuadro), representando el 3% de la demanda eléctrica regional. Sin esta energía, la generación fósil en la región habría aumentado en la misma cantidad, alcanzando los 200.390 GWh/año. “Brasil y Argentina han evitado quemar más energías fósiles por 24.103 GWh/año entre 2020 y 2024 gracias a la hidroelectricidad paraguaya”, afirmó el ex coordinador general de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos (CEBH), 2008-2012, actual coordinador de la campaña “Itaipu Causa Nacional”, Ing. Ricardo Canese. Generación de energía eléctrica en la región e importación de energía paraguaya. Esto implica un ahorro significativo en el consumo de gas natural, petróleo y sus derivados, que son combustibles de alto costo en el mercado internacional. No obstante, a pesar de esta contribución clave para la sostenibilidad energética de la región, Paraguay no ha recibido una retribución acorde, explica
El especialista plantea una posible solución: “Lo más sencillo sería plantear un trueque mutuamente conveniente: que Brasil y Argentina nos entreguen la misma cantidad de energía fósil que dejan de quemar gracias a nuestra energía hidroeléctrica, a cambio de esta”. Según el Ing. Canese, esta medida podría representar una ganancia de miles de millones de dólares anuales para Paraguay. En este contexto, surgen cuestionamientos sobre las negociaciones llevadas a cabo por el gobierno paraguayo. “Si lo que sustituye la energía hidroeléctrica paraguaya de Itaipú y Yacyretá en Brasil y Argentina son combustibles fósiles de altísimo precio en el mercado regional e internacional, ¿por qué Santiago Peña no acordó este criterio ya en 2023, o en el entreguista acuerdo de 2024?”, cuestionó Además, el Ing. Canese interpela sobre el motivo por el cual el gobierno de Peña aceptó exportar la energía de Acaray al Brasil a un valor infinitamente menor que el costo de sustitución de las energías fósiles a ser sustituidas. “Un economista como Santiago Peña, ¿entiende de economía, según los intereses del país, o solamente para su bolsillo y el de HC?“, apuntó. Lea más: Además, insta a la Contraloría General de la República a auditar la gestión del Ejecutivo en la exportación de energía, asegurando que Paraguay no continúe vendiendo su electricidad a precios muy inferiores a los costos de sustitución de energías fósiles. “¿O seguiremos regalando nuestra energía?”, concluye Canese. La discusión sobre el valor real de la energía hidroeléctrica paraguaya y su impacto en la matriz energética de la región sigue abierta. Mientras tanto, Brasil y Argentina continúan beneficiándose de un suministro energético renovable que reduce su dependencia de combustibles fósiles, sin que Paraguay obtenga una compensación justa por ello.
Fuente: ABC