Lote regional de H2Global destinado a proyectos en Sudamérica y Australia puede beneficiar a emprendimientos brasileños
RÍO – La creación de un lote regional para América del Sur y Australia, en el marco de la segunda subasta mundial de hidrógeno verde, H2Global, podría ser una gran oportunidad para que un proyecto brasileño salga victorioso de la disputa.

“Brasil tiene grandes posibilidades de ser el ganador del lote de América del Sur”, dice, en entrevista con la agencia Axis, Bruno Galvão, especialista en derecho regulatorio y ESG de la firma alemana Blomstein, que ayuda a empresas brasileñas y de otros países a participar en el proceso.

La semana pasada, Hintco, empresa responsable de operar la iniciativa H2Global, anunció las primeras informaciones sobre la subasta, que aún debe recibir contribuciones vía consulta pública para la formulación final del anuncio. Con recursos de Alemania y Países Bajos que suman 2.500 millones de euros, con un potencial de alcanzar los 3.000 millones de euros, la subasta espera promover la producción y el comercio internacional de hidrógeno renovable, bajo criterios de la Unión Europea.

En esta edición, el concurso se dividirá en cinco lotes: cuatro regionales y uno global.

Los lotes regionales cubren América del Norte; Sudamérica y Australia; Asia; y África, con un mínimo de 484 millones de euros destinados en cada uno, con recursos alemanes, para comprar productos derivados del hidrógeno verde, como amoniaco y metanol, con entrega prevista a partir de 2031.

Ventajas competitivas

En opinión de Galvão, el establecimiento de lotes coloca en igualdad de condiciones la competencia entre proyectos de regiones con desafíos y características similares, como América del Sur y Australia. “Es una manera de igualar las variables. Tienes un contexto más o menos parecido al de Sudamérica y Australia, como la capacidad de producción de energías renovables, los costos y las cuestiones de transporte, que son un componente importante”, señala el abogado.

“Esta posibilidad de competir con realidades cercanas es un facilitador”, añade Galvão.

Esto se debe a que, además de la producción del derivado del hidrógeno, una de las reglas de la subasta es la entrega del producto final a un puerto en Alemania, incluido también el transporte en la contabilización de las emisiones de carbono, que deben ser un 70% inferiores a las del hidrógeno de origen fósil.

En la última subasta, por ejemplo, ganó un proyecto en Egipto, norte de África, liderado por la empresa conjunta Fertiglobe, formada por Adnoc con participación del grupo OCI.

La proximidad a Europa acaba posicionando a los países norteafricanos como grandes competidores de Brasil en la exportación de hidrógeno verde.

Marruecos, Argelia y Túnez tienen la ventaja de contar ya con algún tipo de conexión de gasoducto con el continente europeo, o planes de construir gasoductos exclusivos para las exportaciones de hidrógeno.

Esto permite reducir las pérdidas de eficiencia y los costos en el transporte de hidrógeno verde, a diferencia de Brasil, que tendría que convertirse a amoníaco, u otras formas, para el transporte en barcos de larga distancia, presionando el precio del producto final. Egipto, a pesar de no tener conexión mediante gasoductos, apuesta por las exportaciones a través del Canal de Suez, hoy una de las principales rutas de transporte de producción de petróleo, gas natural y derivados del mundo.

Además de Australia, en Sudamérica Chile es nuestro mayor competidor, según Galvão. Sin embargo, cree que los proyectos brasileños están más maduros.

“Dentro de Sudamérica, Chile es nuestro mayor competidor. Pero por lo que sigo proyectos, ya sean de Australia o de Sudamérica, creo que los proyectos brasileños son más maduros. Y nuestra capacidad de producción de energía renovable es considerable”.

Sistema interconectado

Otra gran ventaja de Brasil es la existencia del Sistema Interconectado Nacional (SIN), con 90% de la matriz renovable, uno de los requisitos de la Unión Europea en la clasificación del hidrógeno renovable que tiene producción conectada a la red.

“El sistema de transmisión de Brasil nos permite tener proyectos muy competitivos”, afirma Galvão.

Sin embargo, destaca que Brasil tiene el desafío de lograr que la Comisión Europea comprenda que el SIN corresponde a una única zona de oferta, que en el concepto europeo, en términos simplificados, serían subsistemas.

En la certificación de hidrógeno renovable (RFNBOs — Combustibles Renovables de Origen No Biológico, en inglés) por parte de la UE, las zonas de oferta influyen en los criterios de adicionalidad, regionalidad y temporalidad.

Si un subsistema no tiene el 90% de su composición renovable, el criterio de adicionalidad requiere que la electricidad renovable utilizada en la electrólisis para producir hidrógeno provenga de nuevas instalaciones de generación de energía limpia dentro de la misma zona de oferta, cumpliendo así también el criterio de regionalidad.

Otro criterio, la temporalidad, exige que la electricidad renovable utilizada se consuma en la producción de hidrógeno en una ventana limitada. tiempo específico (por ejemplo, dentro de la misma hora o mes, según las reglas aplicables, dentro de la misma zona de oferta).

Estos criterios acaban encareciendo aún más el proceso de producción de hidrógeno renovable.

Y en el caso de Brasil, podrían quitarle competitividad al hidrógeno verde, si cada sistema regional brasileño es considerado zona de oferta, ya que la alta renovabilidad de la red en el Nordeste, superior al 90%, no se repite en el Sur y Sudeste, por ejemplo.

“Si cada subsistema brasileño es considerado una zona separada, los proyectos en el Sur y Sudeste pueden enfrentar dificultades para demostrar adicionalidad, lo que aumentaría los costos”, advierte.

“Le corresponde al gobierno y al sector privado buscar una posición de la Comisión Europea para que entienda a Brasil como una zona única precisamente por nuestro sistema integrado. Lo ideal sería que tuviéramos la conversación antes de la próxima subasta”, afirma.

Una ventana de oportunidad

La segunda subasta H2Global, en opinión del experto, representa una ventana de oportunidad para que Brasil se consolide como un actor importante en el mercado del hidrógeno verde.

“El simple hecho de participar ya madura el mercado y crea oportunidades para futuros proyectos”, afirma Galvão. Según él, uno de los principales avances de la subasta es la definición del comprador y la fijación de precios, que actualmente son obstáculos importantes para el desarrollo de esta nueva industria.

“Es emblemático porque el mayor desafío para toda la industria, especialmente aquí en Brasil, es el comprador. Cuando un proyecto gana, la señal no es la del comprador, sino la del precio. Creas una experiencia concreta que es lo que necesitamos para desbloquear la industria, contratos reales, precios reales”.

Fuente: ejes