Las empresas comenzaron a sentir el impacto del aumento del 9,6% al 25% en el impuesto a la importación de células fotovoltaicas utilizadas en paneles solares.
Aunque está previsto que el cambio de impuesto entre en vigor el 30 de junio, los cupos de importación para los productos con el impuesto más bajo ya finalizaron. Según Absolar, los agentes del sector ya no han podido traer paneles solares pagando la tarifa anterior. La justificación del gobierno federal para el aumento de impuestos fue que se fortalecería la industria nacional.

Sin embargo, las generadoras de energía afirman que la producción nacional es insuficiente para satisfacer la demanda y que los módulos solares fabricados en Brasil no cumplen con las certificaciones requeridas por los proyectos. La estimación es un impacto promedio del 8% en los costos del proyecto. Para completar el nebuloso escenario, el segmento también enfrenta legalizaciones relacionadas con recortes de generación –“restricción”– y aumentos de las tasas de interés.

En el tiempo: después de la decisión judicial que aceptó el recurso de Aneel para no pagar compensación a las generadoras el miércoles (22/1), Absolar afirmó que la agencia promueve una “señal regulatoria distorsionada” y que seguirá buscando compensación financiera. Las perspectivas ya están descontadas: el sector debería atraer R$ 39,4 mil millones en inversiones en 2025, frente a R$ 54,9 mil millones en 2024.

En términos de potencia instalada, la desaceleración será menor, debido a los proyectos que se están ejecutando: tras añadir 14,3 GW el año pasado, la previsión para 2025 es un crecimiento de 13,2 GW. Brasil cerró 2024 con 52,2 GW de potencia de generación solar.

Desde 2023, la fuente es la segunda mayor en potencia de la matriz eléctrica brasileña, sólo detrás de las hidroeléctricas.

El año pasado también se produjo un intenso movimiento de fusiones y adquisiciones, con 51 operaciones en 2023, un aumento del 76% respecto al año anterior. Aunque de menor tamaño, todavía hay beneficios que favorecen la expansión: el gobierno de São Paulo, por ejemplo, comenzó a eximir de la necesidad de licencia los proyectos de expansión para plantas existentes de hasta 5 MW.

Fuente: ejes