A pesar de su potencial energético renovable y el creciente interés en vehículos eléctricos, Paraguay enfrenta un freno decisivo en su transición hacia la electromovilidad por la ausencia de una ley que regule la infraestructura de carga. Paraguay-cargadores
El primer auto eléctrico que circuló en Paraguay fue presentado en el Parque Tecnológico de Itaipú en julio de 2012. Fue bautizado como el zorro, «Aguará» en lengua guaraní. Desde entonces, el país ha tenido un lento pero constante crecimiento en materia eMobility, con hojas de ruta planificadas y con normativas lanzadas para regular la importación y circulación de coches de cero y bajas emisiones.

El 2024 no fue una excepción, donde hubo avances en cuanto a la ampliación del parque vehicular, con récord de ventas en las diferentes tecnologías de vehículos electrificados y ampliación en las flotas de vehículos de transporte público. No obstante, a 13 años del lanzamiento del primer auto completamente eléctrico al país, Paraguay no tiene una ley que reglamente la construcción de la infraestructura de carga.

Actualmente, Paraguay cuenta con un entorno energético favorable gracias a que la totalidad de su electricidad es generada por fuentes renovables, sobre todo por la capacidad de las represas Itaipú y Yacyretá. Sin embargo, la falta de un marco legal que regule la instalación y operación de cargadores eléctricos se presenta como un obstáculo que no solo afecta a los usuarios, sino también a los inversionistas y desarrolladores del sector.

En contraste, países como Uruguay y Chile han implementado marcos regulatorios que no solo aceleraron el desarrollo de la red de carga, sino que también crearon confianza entre los consumidores en el sector de los electrificados debido a la facilidad de carga, de uso y a los estándares de seguridad para los usuarios.

Retrasos, postergaciones e incumplimientos Una serie de entre 25 y 30 cargadores de 150 kW habían sido anunciados para su arribo a Paraguay en marzo de este año, y su correspondiente instalación en el sector público como parte de la primera fase de la Red Nacional de carga rápida. No obstante, estos cargadores llegaron recién en septiembre pasado.

Por otro lado, el Bando Interamericano de Desarrollo (BID) publicó en noviembre de 2025 una extensa “Guía para la estandarización de la movilidad eléctrica en Paraguay”, donde destacan la importancia del desarrollo de una red de carga y un entramado normativo que otorgue sostén a la misma.

“Los usuarios y aquellos potenciales expresan un fuerte interés en la disponibilidad de infraestructura de carga pública, asimismo en estudios sugieren que esto es un factor determinante a la hora de adquirir un vehículo eléctrico”, desliza el documento, y apuntaba a que la segunda fase de la estandarización del mercado eMobility, o también citado como etapa de “despegue del mercado”, de cara al 2027.

Si bien todavía Paraguay tiene dos años de frente a esta meta, se espera que el país “lleve adelante medidas más agresivas de instalación de infraestructura regional” de carga. Esta recomendación de la entidad financiera, que además tiene numerosas inversiones colocadas en proyectos de desarrollo en territorio paraguayo, se choca de bruces con el tibio cumplimiento de las normativas vigentes.

“A pesar de que hay abundante oferta en el mercado, el Estado no está avanzando en la sustitución de su flota, como lo estipula la ley”, acusó Javier Díaz, presidente de la Asociación Paraguaya de Vehículos Eléctricos (APVE) en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica en octubre pasado. Según el referente, la ley de Electromovilidad, sancionada en 2022, “está cumpliéndose solo al 50%. El Estado no está haciendo las compras que la ley le obliga y no todos los incentivos fiscales están aún presupuestados”.

Desconexiones A pesar de que la mirada de los legisladores paraguayos apunta cada vez más hacia la movilidad sostenible, hay un punto clave que podría traer cola de cara a las metas futuras en el sector. El Plan Nacional de Energía de Paraguay (2015-2040) destaca la importancia de promover el uso eficiente de la energía y las tecnologías sostenibles. Sin embargo, no incorpora metas específicas relacionadas con la infraestructura de carga de vehículos eléctricos.

El contraste con países vecinos como Chile permite ver la importancia de una estrategia nacional de crecimiento en materia de movilidad sostenible, la cual es tomada en el país trasandino como una política de Estado, con objetivos claros y medibles, lo que no se repite en la estrategia nacional energética paraguaya.

Oportunidades, un año nuevo El sector de la electromovilidad en el país de Itaipú y Yacyretá cerró el año con importantes avances y tiene por delante una serie de oportunidades para continuar su crecimiento.

Durante el año, el Congreso aprobó un acuerdo de cooperación con Corea del Sur para el desembolso de 18 millones de dólares para el desarrollo de la industria automotriz, enfocado en la fabricación de autopartes, la creación del Centro Paraguayo de Recomendaciones y Soluciones Tecnológicas desde Corea (TASK) y la definición de un plan piloto de electromovilidad.

El parque vehicular tomó un impulso importante y Cadam está cerrando el año por encima del 30% de crecimiento interanual en las ventas de vehículos eléctricos. Según informó este medio, este reverdecer tiene que ver con la creciente variedad de modelos a la venta del público, pero sobre todo a la equiparación de los precios de los vehículos electrificados con los de combustión.

La implementación de líneas de crédito, la sanción de nuevas legislaciones y la ampliación de las mismas, los beneficios aplicados al rubro y la creciente demanda por parte de la población, sólo resta analizar cuáles serán los recursos destinados por el Presupuesto General 2025 a la movilidad sostenible y la transición energética y ajustar las clavijas en dirección a una estructura de carga robusta, de cara a un sector que tiene todo para crecer durante el año que nace.

Fuente: Mobility Portal