Esta semana el Senado federal concluyó importantes debates para el mercado energético.
En la regulación de la reforma fiscal, los sectores del petróleo y los biocombustibles lograron obtener victorias:
Se mantuvo la incidencia de un impuesto de hasta el 0,25% sobre la producción nacional de petróleo y gas natural, así como sobre el mineral de hierro. Sin embargo, el texto incorporó una reductora para las medidas de mitigación de datos ambientales que podría suponer una reducción de la tasa hasta el 0,19%. También se eliminó de la versión final la laguna jurídica relativa al impuesto selectivo que se aplicará a la exportación de bienes minerales. Una enmienda favoreció la refinación de petróleo en Amazonas, con la extensión de beneficios relacionados con la Zona Franca de Manaos. La medida fue incluida bajo protesta del sector combustible y beneficia, sobre todo, a Ream. El segmento del etanol logró anticiparse y eludir el intento del Ministerio de Hacienda de aumentar el impuesto sobre el agua. El texto de la reforma aún debe regresar a la Cámara antes de la sanción presidencial.
En otra votación muy esperada por el sector, se aprobó el PL que regula la exploración de energía eólica marina en el país (PL 576/2021).
Hubo críticas a las enmiendas, que contradicen a los consumidores industriales y a las entidades del sector. Según el Frente Nacional de Consumidores, el texto va en contra de las necesidades de la población y provocará aumentos en el coste de la energía. El texto final mantuvo las enmiendas que incluyen beneficios para las termoeléctricas, pero los tramos serán vetados por el gobierno antes de que se sancione la versión final. Los vetos aún pueden ser anulados por el Congreso.
Los gremios industriales afirmaron que el marco legal ayudará a destrabar inversiones y licitaciones de áreas para que los proyectos sean viables en el país.
Fuente: ejes