La historia de casi 40 años de Repsol en Colombia llegó a su fin con la venta de sus activos petroleros a la compañía GeoPark por 530 millones de dólares.
Este movimiento sigue los pasos de la compañía Cepsa, que también abandonó el país hace unos meses tras operar por más de dos décadas.
Cabe recordar que Repsol es una empresa española de multienergía que se dedica a la exploración, producción, refino, transporte, comercialización y generación de energía. Opera en más de 90 países.
¿Qué hay detrás de esta salida simultánea de Repsol y Cepsa de Colombia? Tanto Repsol como Cepsa han tomado estas decisiones como parte de sus estrategias globales de transición energética. Cepsa, ahora conocida como Moeve, busca posicionarse como líder en biocombustibles de segunda generación e hidrógeno verde, mientras despliega tecnologías como cargadores eléctricos ultrarrápidos en Europa.
En esta línea, Cepsa también vendió activos en Perú y dejó claro su interés en enfocarse en energías limpias.
Repsol, por su parte, destacó que esta transacción forma parte de su “estrategia de rotación de activos”, un paso necesario para reducir deuda y fortalecer su apuesta por una transición energética justa.
Los activos vendidos incluyen participaciones en el bloque CPO-9 en Meta y en SierraCol Energy Arauca, con una producción conjunta de 16.000 barriles de petróleo equivalente por día.
GeoPark, con un historial exitoso en la Cuenca Llanos, no solo asume un rol importante en estos activos, sino que reafirma su compromiso con el mercado colombiano.
La compra también complementa la estrategia de diversificación de GeoPark en América Latina, consolidando su portafolio en yacimientos con potencial de crecimiento y bajos riesgos de inversión. Según Yáñez, esta transacción envía un mensaje positivo a pesar de las políticas del gobierno de Gustavo Petro, que ha detenido la firma de nuevos contratos de hidrocarburos.
Impacto económico y ambiental Para Colombia, estas transacciones representan un reacomodo en la industria petrolera. Aunque se pierde la presencia de dos gigantes internacionales, se fortalecen jugadores locales e independientes como GeoPark y SierraCol Energy, que apuestan por el desarrollo de activos existentes.
Sin embargo, el retiro de empresas como Repsol y Cepsa también plantea interrogantes sobre el futuro del sector, especialmente en un contexto global que exige una transición energética acelerada.
El cierre de esta operación está previsto para el primer trimestre de 2025, sujeto a aprobaciones regulatorias. Por ahora, la industria colombiana observa cómo se redefine su panorama, con actores más comprometidos con la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo.
Fuente: El Colombiano