El embalse de la hidroeléctrica Mazar ha alcanzado niveles críticos, lo que ha obligado a extender los apagones en todo el país.
La central hidroeléctrica Mazar, ubicada entre las provincias de Cañar y Azuay, requeriría al menos 20 días consecutivos de lluvias abundantes para recuperar su nivel de operación óptimo.

Mazar ha estado en funcionamiento durante casi 13 años con una capacidad de 170 megavatios (MW), y es la primera de las tres hidroeléctricas que forman el Complejo Hidroeléctrico Paute. Este complejo genera en total 1.757 MW e incluye a las centrales Molino y Sopladora.

Jorge Maldonado, director de la Maestría en Conversión de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Nacional de Loja, explica que estas infraestructuras están conectadas en cadena: el agua utilizada en Mazar fluye hacia las siguientes centrales, donde vuelve a ser aprovechada para generar electricidad.

«Cuando el nivel del embalse de Mazar disminuye, no solo pone en peligro la operación de esta central, sino también de las otras dos que dependen de su caudal», señala Maldonado. Además, la sequía impacta a las tres infraestructuras de manera similar por encontrarse en la misma región.

Esto subraya la necesidad urgente de condiciones climáticas favorables para evitar un colapso total en el suministro eléctrico de las zonas afectadas.

Fuente: Cronica