El proyecto tendrá una inversión de R$ 120 millones y desarrollará soluciones de descarbonización a partir de la caña de azúcar
Raízen, Shell y Senai anunciaron este jueves (10/03) una inversión en un nuevo centro de investigación e innovación, con la misión de desarrollar soluciones de descarbonización a partir de la caña de azúcar.

El Centro de Bioenergía estará ubicado en Piracicaba, en el interior de São Paulo, junto a la sede de Raízen en la ciudad. El proyecto recibirá una inversión inicial de alrededor de R$ 120 millones, de los cuales R$ 72 millones serán financiados por Shell Brasil, a través de recursos de la cláusula de Investigación, Desarrollo e Innovación (ID&I) de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP).

El centro debería abrir sus puertas en 2026 y tendrá una superficie de 2.500m². Se construirá un laboratorio y plantas piloto en el lugar específicamente diseñado para imitar las operaciones industriales, con el objetivo de promover avances significativos en investigación y desarrollo.

“Raízen nunca había tenido un centro así. Mirando hacia atrás hace 11 años, cuando comenzamos la alianza con Shell, desarrollamos tecnología 100% brasileña, pero nos faltaba un lugar específicamente enfocado a la innovación para probar las innovaciones más rápidamente. Antes no teníamos una planta piloto, cómo será este centro. Nuestra expectativa es acelerar estos procesos de innovación para mantenernos a la cabeza”, afirmó Ricardo Mussa, director general de Raízen, en un evento en Piracicaba.

Según el ejecutivo, la investigación estará dirigida tanto al mercado nacional como al internacional, pudiendo atender demandas de todos los lugares que cultivan caña de azúcar, como Estados Unidos, Tailandia y países africanos. “El tamaño del mercado es enorme”, sostuvo.

El proyecto del centro fue concebido hace tres años, destacó Mateus Lopes, director de Desarrollo de Soluciones Bioenergéticas de Raízen. “Tenemos un plan para construir 20 plantas de etanol de segunda generación, nueve de las cuales ya han sido vendidas. Entonces es interesante para este plan de expansión que podamos ofrecer productos cada vez más rentables, quizás no sólo en etanol de caña, sino eventualmente en maíz y otros cultivos”, afirmó.

“Este año reducimos el costo de los productos en un 30% con innovación en un año. A partir de ahí podemos imaginar lo que podría venir después”, añadió Mussa.

El ejecutivo defendió la necesidad de que Brasil crea en su potencial de investigación y lo muestre al mundo. “Cuando hablamos de etanol de segunda generación, Brasil es líder en tecnología, pero hay escepticismo sobre su potencial de liderazgo. Hay que aclarar que tenemos ese nivel altísimo de soluciones”, sostuvo.

Fuente: Globo Rural