Desde su rehabilitación en mayo de 2023, tras haber sido desactivado en 2006 debido a la caída en la producción de crudo en Neuquén, el Otasa ha transportado un total de 3,34 millones de metros cúbicos de petróleo, equivalentes a 21 millones de barriles. Este retorno a la operatividad destaca la importancia estratégica del ducto en el con
texto del crecimiento continuo de la producción de petróleo en la cuenca neuquina, que actualmente supera los 400 mil barriles diarios. Gustavo Medele, ministro de Energía de Neuquén, resaltó recientemente que el oleoducto está cerca de alcanzar su capacidad máxima y anticipó que, junto con el gasoducto que conecta con el Pacífico, el Otasa desempeñará un papel fundamental en el futuro energético de la región. Medele también mencionó las oportunidades que se abren para compromisos de exportación a largo plazo, dado el proceso de transformación de la matriz energética en Chile. YPF se ha consolidado como el principal cargador del oleoducto, aunque otras empresas como Petronas, Shell, Vista y Equinor también han utilizado la infraestructura para exportar crudo desde sus bloques en Vaca Muerta.
La participación de estas compañías ha sido crucial para el crecimiento sostenido de la producción de shale oil en la región. La rehabilitación del Otasa refleja el renacer de la producción energética en Argentina y subraya el papel estratégico del ducto en el comercio energético regional, contribuyendo significativamente a la expansión de las exportaciones de crudo desde Neuquén. El oleoducto Trasandino no solo es una infraestructura clave para las exportaciones de crudo, sino también un símbolo del resurgimiento energético de Vaca Muerta. La capacidad de transporte del Otasa ha permitido a las empresas productoras de shale oil de la región acceder al mercado chileno de manera más eficiente, contribuyendo a la diversificación de las rutas de exportación y fortaleciendo las relaciones comerciales entre Argentina y Chile.
Esto resulta especialmente relevante en un momento en el que la demanda global de energía se encuentra en constante evolución y las naciones buscan fuentes confiables y sostenibles. La propiedad compartida del Otasa entre YPF, Chevron y la estatal chilena ENAP refuerza el carácter binacional del oleoducto y subraya la cooperación entre ambos países en materia de energía. Este acuerdo no solo facilita la exportación de crudo, sino que también abre la puerta a futuros proyectos de inversión en infraestructura energética. En un contexto en el que la producción de Vaca Muerta sigue creciendo, la maximización del Otasa será crucial para garantizar que Argentina mantenga su posición como un actor relevante en el mercado energético internacional.
Fuente: Agencias