Desde el sector consideran que va a contribuir para apuntalar inversiones en midstream de gas y petróleo. La ley con sus modificaciones deberá pasar ahora a la Cámara Baja para su aprobación final.
La aprobación de la Ley Bases, que incluyó el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), generó una buena señal en el sector y renovó las expectativas en cuanto a la planificación y puesta en marcha de importantes proyectos, principalmente en materia de hidrocarburos y minería.

Consultado por este tema, Pablo Besmedrisnik, director de VDC Consultora, afirmó que “el RIGI servirá para apuntalar fundamentalmente el segmento midstream de gas y petróleo, sector en el cual se requieren inversiones de mayor envergadura y maduración más larga. En la extracción, alcanza con estímulos de corto plazo, en el transporte y transformación de hidrocarburos no. El RIGI viene a suplir esa necesidad. Sin el RIGI el proceso de expansión se iba a dar igual, aunque a una velocidad probablemente menor”.

Para el economista la necesidad de que haya un 20% de proveedores locales, no parece ser un limitante muy importante, especialmente para las inversiones en gasoductos y oleoductos.

“No cambia significativamente la ecuación, aunque habrá que generar los mecanismos para que en insumos específicos se pueda tranzar a valores competitivos internacionalmente. En el segmento específico de la licuefacción, si bien el peso de los equipamientos es sustantivo, es muy relevante entre otros el costo del almacenamiento de gas natural licuado, que puede ser atendido por empresas locales”, explicó.

En cuanto a la obligación de liquidar divisas en el mercado de cambios, consideró que no aparecen como cambios que impacten negativamente en la viabilidad financiera de los proyectos.

“Es natural que este tipo de emprendimientos requieran pagar proveedores o financiamiento internacional durante los primeros años de vida operativa, cuestión que encaja en el esquema que se incluye en el RIGI”, destacó.

Por otro lado, agregó que “el hecho de que las acciones, cuotas o participaciones sociales de los proyectos adheridos puedan ser objeto de prenda, cesión en garantía, fideicomiso y/o cualquier otro tipo de negocio jurídico de garantía con entidades financieras, organismos de crédito, locales o extranjeros, sin autorización previa de la autoridad de aplicación, les agrega liquidez a los proyectos y por lo tanto es un incentivo interesante”.

El RIGI surgió como un esquema de flexibilización impositiva, aduanera y cambiaria que busca incentivar que las compañías inviertan más de US$ 200 millones en Argentina con una estabilidad fiscal a 30 años.

Una de las modificaciones importantes que se introdujeron a la normativa es el impulso para el “compre nacional” y se votó la inclusión de al menos un 20% de su inversión en proveedores locales, “siempre y cuando se encuentre disponible y en condiciones de mercado en cuanto a precio y calidad”. Dicho porcentaje mínimo deberá mantenerse durante las etapas de construcción y operación. La ley con sus modificaciones deberá pasar ahora a la Cámara de Diputados para su aprobación final.

Fuente: Agencias