Según un nuevo informe de Bain & Company, la energía nuclear representa actualmente cerca del 10% de la electricidad mundial y una cuarta parte del voltaje bajo en carbono. Sin embargo, para triplicar su capacidad se requerirán billones de dólares en inversiones, así como competitividad en costos, apoyo público y seguridad, afirmaron desde la consultora.
“El problema que vemos actualmente es que la industria nuclear ha tenido dificultades para entregar nuevos proyectos a tiempo y dentro del presupuesto”, aseguró Marcial Rapela, socio y responsable de Bain & Company en Chile.
El especialista agregó que “muchas instalaciones están envejeciendo, en particular las flotas de las economías avanzadas, donde las plantas nucleares tienen en promedio unos 39 años”.
Prioridades Para abordar los desafíos que enfrenta el sector, la consultora identificó tres prioridades clave para la expansión rápida de este tipo de energía.
En primer lugar, recomienda desarrollar modelos de negocio y regulaciones avanzadas, donde la colaboración entre gobiernos, inversores privados, servicios públicos y otros actores serán muy relevantes para mitigar riesgos y financiar nuevos proyectos.
“En este escenario, es necesario simplificar los marcos regulatorios y desarrollar modelos de monetización a largo plazo para garantizar la competitividad de la energía nuclear frente a fuentes más renovables”, expresó Rapela.
Un segundo punto se enfoca en fortalecer las cadenas de suministro y las fuerzas laborales, donde se requiere invertir en proveedores y en capacidades para obtener mayores habilidades y así satisfacer la demanda prevista de nuevos proyectos nucleares.
En tercer lugar, el reporte de Bain expresa que es importante adoptar un enfoque de escalado tecnológico a corto y largo plazo, en el que se desarrollen nuevas herramientas innovadoras para garantizar el crecimiento continuo de la energía nuclear.
“Este recurso presenta soluciones clave para los actuales desafíos medioambientales de la industria. Sin embargo, para expandirla, necesitamos un enfoque integral que incluya inversiones, competitividad en costos, mejora de regulaciones y modelos de negocio, optimización de cadenas de suministro y desarrollo tecnológico. Sólo lograremos un futuro más limpio y sostenible si superamos estos desafíos y aprovechamos al máximo el potencial de la energía nuclear”, puntualizó Rapela.
Fuente: EI