RÍO – La segunda reunión de la Iniciativa de Bioeconomía del G20, que concluyó este jueves (5/9), discutió el potencial de 7,7 billones de dólares en negocios con la adopción de la bioeconomía circular.
La estimación fue presentada en el reciente informe del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD).
El documento titulado Una oportunidad de negocio que contribuye a un mundo sostenible señala que el uso de productos de origen biológico en sectores que van desde las energías alternativas hasta las industrias farmacéutica y de embalaje es capaz de generar billones de aquí a 2030.
En la apertura del encuentro, (5/7), la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva (Rede), destacó la necesidad de superar las falsas disputas entre bioenergía y seguridad alimentaria.
Uno de los objetivos del departamento, junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, es mostrar al mundo que, en el caso brasileño, el cultivo de granos u otras materias primas para la producción de biocombustibles no pone en riesgo el suministro de alimentos. Por tanto, una importante alternativa sostenible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Para avanzar en la bioeconomía, además de los recursos financieros, necesitamos avanzar en la definición global de estándares de sostenibilidad que sean justos y tengan en cuenta las circunstancias nacionales”, destacó Marina Silva.
Desde hace años, Brasil mantiene un debate, especialmente con la Unión Europea, sobre la relación entre biocombustibles, deforestación y producción de alimentos.
A finales del mes pasado, durante la reunión ministerial del G7 sobre Clima, Energía y Medio Ambiente, el ministro ya había destacado esta cuestión.
“Brasil tiene plena capacidad instalada para producir biocombustibles sin amenazar el bosque, garantizando la alimentación de la población y la preservación de los servicios ecosistémicos”.
Oportunidades para Brasil
El ministro también destacó la creación de un convenio de gestión para implementar el programa de Bioeconomía para un Nuevo Ciclo de Prosperidad.
El comité gestor será responsable de monitorear las acciones necesarias para cumplir con las metas del Programa, que incluyen el número de empresas de bioeconomía apoyadas, incubadas y aceleradas; tamaño del área de bosques públicos federales otorgados y en producción de productos y servicios forestales, entre otros.
Brasil presidirá el G20 en 2024 y organizará la COP30, en 2025, en la ciudad de Belém (PA). La próxima reunión de la Iniciativa de Bioeconomía está prevista para junio en Manaos (AM).
Según Carina Pimenta, secretaria nacional de Bioeconomía del MMA, “la relación entre biodiversidad y economía existe independientemente de si un país es rico en biodiversidad o no”.
Pimenta destaca que la industria de la salud, por ejemplo, depende del conocimiento sobre la biodiversidad para desarrollar nuevos medicamentos y terapias.
La ministra Marina Silva destacó la necesidad de poner a las comunidades en el centro de la agenda, destacando el papel del conocimiento de las poblaciones tradicionales y las comunidades indígenas en el avance de la bioeconomía.
“La acción humana sobre el medio ambiente fue y sigue siendo tan impactante que no nos bastará simplemente con adaptarnos y mitigar sino, sobre todo, transformar”, enfatizó.
La ministra Luciana Santos, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Información, afirma que Brasil está comprometido con la transferencia de tecnología y el desarrollo de productos sustentables.
“La bioeconomía es un tema estratégico para el desarrollo sustentable de nuestra estrategia nacional de ciencia, tecnología e innovación”, afirmó Luciana.
Fuente: epbr