La estimación de reducción debe tomarse como lo que es, sin embargo, hay elementos que pueden analizarse independientemente de los números. Si bien la menor necesidad de importaciones este año era esperable tras la puesta en marcha de la primera etapa del gasoducto Presidente Néstor Kirchner en Vaca Muerta, los datos muestran que comienza a materializarse lo que hasta ahora estaba sólo en informes.
Para el acumulado de 2024 se estima que Argentina alcanzará una reducción en el gasto por importaciones superior a los 3.000 millones de dólares, lo que significaría un ahorro interanual cercano al 38,70%. Vale recordar que el 2023 cerró con un menor gasto por importaciones de 4.943 millones de dólares, lo que representó una reducción de 62%, respecto a 2022.
Los datos son oficiales y se desprenden de información oficial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec); de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa); y de la secretaría de Energía de Nación. También se usó un documento de la consultora especializada del sector Economía y Energía (E&E), que lidera Nicolás Arceo.
Esta sostenida reducción en la sangría de divisas también refleja la compleja situación en la que se encontraba el país y su vulnerabilidad frente a los conflictos y vaivenes internacionales que afectan los precios de referencia.
El Gobierno concretó el mes pasado las compras de Gas Natural Licuado (GNL) que importará este año para hacer frente al pico de consumo de gas por el invierno, por una cifra cercana a los 210 millones de dólares. Si bien este es un indicio concreto, todavía es pronto para saber si se requerirá mayores compras por temperaturas más bajas de lo esperando.
Considerando los principales indicadores económicos y de actividad industrial también puede esperarse algún impacto desde este lado, que condicione la proyección de consumo. El efecto recesivo del fuerte aumento en las tarifas y quita de subsidios a la energía es otro indicador para tener en cuenta.
Además de los menores precios internacionales que pagó el país por el GNL y la ampliación en la capacidad de transporte de gas, también jugará a favor de las cuentas locales la mejora en las condiciones hídricas. A su vez, la expansión -limitada- de la producción de petróleo local y sus exportaciones inclinarán la balanza hacia el superávit (ver adelante).
“Durante el presente año la compra externa de productos energéticos continuará su tendencia descendente, como consecuencia de los menores precios internacionales del GNL y por la ampliación de la capacidad de transporte de gas desde la Cuenca Neuquina”, concluyó la consultora.
La expectativa es que las divisas utilizadas para las compras de gas natural y GNL representen a fin de año casi la mitad comparado a 2023. Esto por menores necesidades de volumen y por la disminución que experimentan los precios internacionales. Por su parte, las compras externas de gasoil se contraerían en más de un 40%, ante su menor uso en el sistema de generación de energía eléctrica.
En base al análisis expuesto, desde la consultora estiman que este año el Estado destinará un total de 4.858 millones de dólares para importaciones energéticas. El grueso de ese número estaría repartido entre compras de gasoil y gasolina (1.638 millones de dólares); compras de gas natural y GNL (1.335 millones de dólares); y para el resto de las importaciones unos 1.885 millones de dólares.
Tal como se indicó más arriba, de cumplirse esta proyección, se concretará una reducción en las importaciones de 3.067 millones de dólares respecto a los 7.925 millones de dólares que se destinaron para ese fin en 2023. Las compras de gas y GNL se reducirían en un 45% respecto al año pasado.
Vaca Muerta y energía: camino al mejor superávit comercial en 15 años
La proyección del saldo comercial energético para 2024 es sin dudas positiva. De cumplirse en mayor medida lo estimado, el año cerrará con un superávit comercial energético superior a los 4.000 millones de dólares.
Y tal como se detalló más arriba, más que una ampliación en las exportaciones del sector, el desempeño estimado se explica principalmente por la caída en el gasto por importaciones.
La última vez que se registró un saldo comercial similar fue hace 15 años, en 2009. Ese año culminó con un verde superior a los 3.800 millones de dólares. Desde entonces los resultaros fueron en rojo, con el peor registro en 2013, que fue de un déficit cercano a los 7.000 millones de dólares.
Según se proyectó, este año las exportaciones de energía generarán ingresos por más de 8.880 millones de dólares. Se trata de un aumento superior al 12% respecto a las divisas generadas en 2023.
Las exportaciones de petróleo tendrán un rol preponderante en esta proyección. Para tener en cuenta, en 2022 se exportó un promedio de 110.000 barriles de crudo por día, que se expandió a 135.000 el año pasado.
De completarse las obras de infraestructura proyectadas para el año, el promedio exportado en 2024 podría ascender a 175.000 barriles por día, casi un 30% más que en 2023.
Teniendo en cuenta los precios actuales y futuros, exportar ese volumen de petróleo le significarían al país ingresos por más de 5.000 millones de dólares. Sin embargo, la escalada de tensión en Medio Oriente, y los conflictos que involucran a potencias petroleras pueden tener un impacto sustancial en los precios de referencia.
“Durante 2024 las ampliaciones en la capacidad de transporte de crudo, tanto hacia el Atlántico como hacia el Pacífico, desarrolladas en 2023, permitirán un aumento sustantivo en el volumen de las exportaciones”, indicaron desde la consultora.
Aunque advirtieron que no se espera un aumento “significativo” en el volumen de producción en Vaca Muerta hasta que no se amplíe la capacidad de evacuación de Oldelval en el cuarto trimestre de este año.
Fuente: Rio Negro