El proyecto de ley 4516/23, denominado Combustible del Futuro, enviado a la Cámara de Diputados por el Gobierno Federal en 2023, presenta un conjunto de medidas destinadas a ampliar el uso de combustibles sostenibles y de baja intensidad de carbono en la matriz de transporte brasileña y aumentar la eficiencia energética de los vehículos.
El texto propuesto por el Ejecutivo fue resultado de una amplia discusión y aportes de diferentes actores de la sociedad civil, incluidos agentes privados, entidades sectoriales y entidades públicas en el ámbito del Programa Combustible del Futuro, establecido por el CNPE en 2021 y coordinado por el Ministerio de Minas y Energía (MME). Debido a la amplia participación de la sociedad en la discusión de este tema, el Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP), en representación de las principales empresas del sector de petróleo, gas y combustibles, apoya el proyecto. El texto del Ejecutivo presenta objetivamente importantes propuestas para que el país amplíe la descarbonización de la movilidad, incorporando el desarrollo de rutas tecnológicas más modernas para la producción de biocombustibles, como el diésel verde (HVO) y el combustible de aviación sostenible (SAF).

Estos productos, además de tener una combustión más limpia, pueden usarse en motores y equipos existentes sin necesidad de adaptaciones, debido a su característica drop-in. Es decir, promueven la densificación tecnológica de la economía preservando la infraestructura existente.

Otro punto digno de elogio del texto de PL es la implementación de un mandato de descarbonización para el sector de la aviación, además de los objetivos tradicionales de porcentajes volumétricos de mezcla de biocombustibles con combustibles fósiles.

Esta propuesta está en línea con modelos adoptados con éxito en otros países y fomenta el uso de medios alternativos para cumplir los objetivos de reducción de emisiones, incluida la mezcla de SAF con queroseno de aviación fósil. Esto genera mayor flexibilidad, promueve la innovación, la eficiencia y la competitividad del sector.

Sin embargo, el IBP entiende que algunos puntos del proyecto de ley sustitutorio, presentado por el relator (aunque conserva buena parte del texto original) requieren mayor elaboración, al no haber sido ampliamente debatidos previamente con la sociedad. Mezcla obligatoria

El primero de ellos se refiere a la propuesta de incrementar el contenido de mezcla de ésteres de biodiesel en el gasóleo al 20% para 2030, y al 25% después de 2031, sin necesidad de demostrar viabilidad técnica que tenga en cuenta los impactos técnico-mecánicos, la medición económica y ambiental. .

Es importante mencionar que para aumentar el porcentaje de etanol anhidro en la gasolina al 35%, la propuesta legislativa prevé correctamente la realización de pruebas. Preocupa que no se aplique el mismo dispositivo al biodiesel. El IBP considera fundamental mantener la igualdad de trato entre los biocombustibles con la exigencia de pruebas para aumentar los niveles de mezcla. Autoridad CNPE

Esta igualdad debe aplicarse también respecto de la facultad del Consejo Nacional de Política Energética – CNPE – de definir los porcentajes anuales aplicados a los mandatos de cada biocombustible, con base en el límite máximo definido por la Ley.

El CNPE es el órgano asesor del Presidente de la República para la formulación de políticas y lineamientos energéticos con una visión estratégica de las necesidades, oportunidades y amenazas del país. El texto original del sustituto trae limitaciones a la actuación del Consejo, lo que podría poner en riesgo la seguridad de suministro en el país. También vale la pena enfatizar que la definición de un aumento en la mezcla de ésteres de biodiesel en el diesel vendido a nivel nacional debe permitir que se realicen oportunamente los cambios necesarios tanto en infraestructura como en logística, so pena de generar una carrera por producto y camiones para transportarlo, con posibles aumentos de precios y riesgos para el suministro.

Además, cabe reconocer que el proyecto de ley avanza con la introducción del diésel verde. Pero más allá de esto, es fundamental que las políticas públicas tengan una visión integral y acojan continuamente otras tecnologías de producción innovadoras. Tecnologías más modernas que permiten aumentar la mezcla y que son compatibles con la evolución de los motores, cuyos límites de emisiones son cada vez más estrictos y requieren combustibles con un alto contenido de pureza. En resumen: la diversidad de rutas y productos estimula la competencia, la calidad y la eficiencia, con beneficios evidentes para el consumidor. Este movimiento, naturalmente, contribuirá al proceso de modernización de la industria nacional, alineando el potencial agrícola de Brasil y promoviendo la expansión del uso de biomasa.

Esta competencia debe ser completa, previendo también la apertura de las importaciones de éster biodiésel, el único producto entre todos los combustibles vendidos en el país cuya importación está prohibida.

Programa Nacional de Biometano

Otro punto de preocupación para IBP es la introducción ción, en sustitución del Proyecto de Ley, del Programa Nacional de Biometano sin el debido debate y evaluación técnica y económica.

Es necesario dejar claro que estamos a favor de la inclusión del biometano en la matriz energética nacional, dada su complementariedad con el gas natural y su potencial para descarbonizar la cadena del gas natural.

Sin embargo, el tema no está directamente relacionado con la movilidad y la forma en que el PL aborda la expansión del biometano en la matriz energética, imponiendo la compra obligatoria de energía (o certificados de origen) por parte de los productores e importadores de gas natural, requiere de un mayor análisis. y discusión con la sociedad, ya que puede generar ineficiencias en las estrategias de descarbonización tanto de los productores como de los consumidores de gas natural y poner en riesgo las políticas del gobierno federal que apuntan a incrementar la oferta y la competitividad del gas, para generar crecimiento económico en el país.

Por lo tanto, el IBP considera crucial profundizar los puntos mencionados anteriormente para que podamos construir un marco regulatorio y legislativo transparente y objetivo y un entorno empresarial atractivo con previsibilidad y seguridad jurídica. De esta manera, podremos avanzar en la descarbonización de la economía y colocar a Brasil en un papel destacado –y competitivo– en el proceso de transición energética.

Fuente: epbr