El pasado 26 de noviembre Pampa cumplió un nuevo aniversario. Ya son 18 años de trabajo sostenido, apostando e invirtiendo en nuestro país. Un compromiso que sigue intacto porque estamos convencidos que la Argentina tiene, con Vaca Muerta y con el sector energético en general, un enorme potencial para hacer frente al difícil contexto macroeconómico.
Ese potencial no solo está en los múltiples recursos que tenemos debajo de la tierra, sino que también las empresas y la industria en gene ral han realizado, durante los últimos años, una curva de aprendizaje exitosa y están preparadas para dar un salto exponencial. En ese sentido, desde Pampa invertimos más de u$s1.000 millones en los últimos cuatro años para desarrollar nuestras reservas de gas. En agosto de este año, gracias a esas inversiones, alcanzamos un pico histórico de producción de 16,4 millones m3/día. También, desde 2017, invertimos casi u$s2.000 millones en energía eléctrica, para hacer más eficientes nuestras centrales y ser una de las empresas líderes en energías renovables. Actualmente, estamos construyendo un nuevo parque eólico en Bahía Blanca. Sin embargo, la falta de infraestructura es un condicionante de ese crecimiento. La primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner geney la ampliación de la capacidad de transporte de crudo son obras fundamentales para reducir importaciones y aumentar las exportaciones generando un superávit de divisas.

Pero para que Argentina pueda consolidarse como proveedora regional de energía vamos a necesitar seguir ampliando aún más el sistema de transporte de petróleo y gas, y también el de energía eléctrica. Hoy el sector necesita avanzar en reglas que den previsibilidad a nuevas inversiones de magnitud y con plazo de recupero muy extendido, como es el caso del GNL. Además de dar respuesta a estos temas urgentes, es necesario delinear una política energética nacional a largo plazo y que trascienda a los gobiernos. Si logramos consolidar una estrategia que fije objetivos comunes nuestro sector se convertirá en uno de los principales motores de la economía argentina.

Fuente: Ámbito