El crecimiento de la producción del shale neuquino y las obras de infraestructura proyectadas para el corto y mediano plazo para evacuar esos hidrocarburos, permiten avanzar en el objetivo de convertir a Argentina en un exportador de energía, un aspecto clave para revertir el déficit de su balanza comercial energética.
No obstante, esta mirada exportadora compartida por la mayoría del arco político, tiene como contrapunto la falta de un marco regulatorio que hoy habilite al país para hacer exportaciones a largo plazo, con lo cual la necesidad de modificar el régimen para exportar se torna imprescindible.
Así lo afirmó Daniel Dreizzen, director de la consultora Aleph Energy y ex secretario de Planeamiento Energético, quien puso de relieve otro de los aspectos clave del debate que viene en la industria energética: el rol del Estado como facilitador de inversiones.
¿Debe el Estado intervenir para que los usuarios tengan menores precios de combustibles, gas y electricidad? ¿Debe el Estado construir y/o financiar las obras de infraestructura para evacuar la energía (gasoducto y líneas de transmisión)? ¿Debe seguir existiendo Enarsa? ¿Debe el Estado dar un paraguas financiero al sector para poder entrar y sacar divisas. ¿Debe privatizarse completamente YPF? Son algunas de las preguntas que se hace el economista.
"Dado que en esta situación delicada y en el corto plazo no van a venir inversiones pero el país las va a necesitar para desarrollarse vamos a requerir mucha creatividad para construir un puente entre un estado y el otro. Y aquí, además de los políticos y funcionarios, creo que es muy importante el rol del sector privado con su capacidad tiene que proponer ideas", explicó Dreizzen.
En opinión del ex funcionario, el Estado tiene que dar garantías al sector privado para fomentar inversiones, principalmente en el midstream, como el caso del segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner.
En el informe de coyuntura del mes de noviembre de la consultora Aleph Energy, el economista señaló que "si el interés del país es desarrollarse y crecer su producción de energía y el de los empresarios obtener mayor rentabilidad, en este momento, estos intereses están completamente desalineados".
"Desde mitad de año cuando se realizaron algunas ampliaciones a la capacidad de evacuación de petróleo y gas de Vaca Muerta, que la falta de equipos de fractura se ha vuelto en el nuevo cuello de botella para crecer. Este hecho previsible y que las empresas de servicios petroleros venían advirtiendo podría profundizarse con limitaciones al acceso a repuestos importados", destacó.
Y dejó dos interrogantes abiertos: ¿qué interés puede tener una empresa de servicios en traer equipos de fractura si podría enviarlos a otros países donde sabe que luego podrá girar dividendos? ¿Qué interés puede tener una petrolera en refinar crudo y venderlo en surtidor a la mitad de precio de lo que implicaría una exportación?
Fuente: Mejor Informado